El cierre de una estación de la línea 7 de Metro es «preventivo» y por recomendación técnica

Estas son las cuartas obras de consolidación en ese tramo de la línea que se realizan en los 12 años pasados desde su inauguración

Usuarios del Metro de Madrid MAYA BALANYÀ

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De nuevo la línea 7 ha dado problemas a sus usuarios. Y a los responsables de Metro. Es la cuarta vez, desde que se puso en marcha ese tramo en 2008 -ese año llegó a la última estación, Hospital del Henares-, en que se hace necesario cerrar algunas de las estaciones durante varios meses por problemas en el suelo. Metro decidió este miércoles el cierre de esta del Hospital del Henares -que utilizan 1.800 personas al día- , y lo hizo el mismo día en que le llegó la recomendación de un informe de técnicos que analizaron la estructura de la estación. Su consejera-delegada, Silvia Roldán , asegura a Ep que se hizo «como medida preventiva» y que «en ningún caso se ha puesto en riesgo a los usuarios o los trabajadores de Metro».

Roldán aseguró que conocieron el informe de los técnicos sobre la estación de Hospital del Henares el martes por la mañana, y en él se les indicaba que determinados parámetros estaban «fuera de los límites de seguridad máximos que fijamos» por lo que «recomendaban el cierre inmediato de la estación como medida preventiva». Algo que anunciaron por la noche, apenas doce horas después. Los técnicos llegaron a esa conclusión gracias a la monitorización de parte de esta línea, que funciona precisamente por las distintas alteraciones que ha sufrido a lo largo de su corta vida.

Suelo con sales

La línea 7 en su tramo oeste se ha convertido en un eterno día de la marmota, donde los problemas se reproducen una y otra vez. Convirtiendo, de paso, estos kilómetros de túnel en un agujero negro que se traga millones de euros sin que parezca encontrarse la solución.

Durante estos últimos doce años, la línea ha estado cerrada en esta parte en cuatro ocasiones: primero, el 2014, durante tres meses, por obras de consolidación que costaron 2,4 millones de euros. Posteriormente, en noviembre de 2015 volvió a cerrarse y se mantuvo así durante un año. Más adelante, en junio de 2018 , se cerró de nuevo hasta septiembre. Y esta misma semana ha vuelto a decretarse su cierre, además con carácter de urgencia y en cuestión de horas: a las once y media de la noche se avisó del cierre, que se podría prolongar, según calculan, unos 12 meses.

El problema parece venir de la composición del suelo en la zona este de la línea 7: un terreno rico en sales que tienden a disolverse con el agua, lo que provoca concavidade. En todas las ocasiones en que se han realizado obras, se han llevado a cabo tareas de consolidación del terreno e impermeabilización.

Monitorización

Según explicó la consejera-delegada de Metro, la monitarización de la estación y de otras de la misma línea se centra por un lado en la estructura, y por otro en los elementos de funcionamiento de la misma: revestimientos de pasillos, bóvedas de las estaciones, etcétera. En la estructura «no se ha visto ningún problema», pero sin embargo, sí los han localizado en el segundo criterio, donde sí han encontrado «determinado parámetro que se ha salido de ese nivel de seguridad».

La previsión es que los trabajos duren unos 12 meses, aunque desde la compañía intentarán agilizar los tiempos al máximo. Roldán quiso aclarar que «en ningún caso se ha puesto en riesgo a los usuarios o lso trabajadores de Metro», dado qu e son precisamente lso mecanismos de control de la seguridad que tienen establecidos los que evitan riesgos y detectan disfunciones.

Se ha puesto en servicio un autobús lanzadera cada 15 minutos que conectará la estación de Hospital del Henares con la de Henares, que es la siguiente de la línea 7B de Metro.

Se ha contratado la asistencia técnica para analizar datos disponibles sobre el comportamiento geológico-geotécnico del suelo atravesado por la línea 7B

La consejería de Transportes, Movilidad e Infraestructuras, ya ha contratado la asistencia técnica para recopilar y analizar los datos disponibles sobre el comportamiento geológico-geotécnico del suelo atravesado por la línea 7B, a su paso por Coslada y San Fernando de Henares. La inspección se iniciará en la calle de La Presa (San Fernando de Henares), informan fuentes de la compañía. El contrato es por 6 meses, y tiene un coste de 635.000 euros.

Este estudio incluye una recopilación, estudios y análisis de la documentación existente; el estudio de movimientos del terreno, con análisis de la situación previa a las obras, durante las obras y una vez puesta la línea en servicio ; trabajos de cartografía, diseño de campaña geotécnica y de auscultación; la realización de una nueva campaña geotécnica; y un nuevo estudio geológico-geotécnico e hidrológico.

En función de los datos obtenidos, se hará un análisis de daños en estructuras y su vinculación con la línea 7B . Posteriormente, en caso de ser necesario, se redactarán los proyectos de reparación de las viviendas, añaden las mismas fuentes.

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