Los cien días de desconfianza en el «matrimonio» Ayuso-Aguado
Desencuentros y una falta absoluta de empatía marcan la cohabitación en Sol
Jueves, 28 de noviembre. El Gobierno regional en pleno escolta a la presidenta Díaz Ayuso y el vicepresidente Aguado , en el acto de balance de cien días de Ejecutivo conjunto. Habla la presidenta. Después habla el vicepresidente. Y cierra el acto Díaz Ayuso. No hay ni una mención personal, ni un guiño a quien es su portavoz; de hecho, no se cruzan ni la mirada durante el acto.
Lunes, 2 de diciembre. Acto del Día de la Constitución. El equipo de Aguado tuerce el gesto cuando ve que le sitúan en un lateral, junto al resto del Gobierno, y no en la primera fila, donde está la presidenta, ex presidentes, portavoces parlamentarios y los principales invitados. De nuevo, no vuelven a cruzarse palabras la jefa del Ejecutivo y el número dos de su Gobierno.
Nunca había habido un gobierno de coalición en la Comunidad de Madrid. Nadie dijo que fuera a ser fácil. Pero en el día a día, la desconfianza se ha adueñado de las dos almas de este Ejecutivo, que cohabita por obligación y apenas disimula sus malas relaciones.
Desde Ciudadanos, se duelen de lo que consideran «feos» de los populares: apariciones de la presidenta ante la prensa que coinciden con otras del portavoz; que se distribuya el discurso de Díaz Ayuso por los cien días de Gobierno y no los de él; que al vicepresidente se le de menos visibilidad de la que su equipo considera que le corresponde...
Cuando se le pregunta, él niega haber advertido diferencia alguna, y resta importancia a la falta de «guiños» hacia su persona. Cree que cada parte del Ejecutivo se ocupa de sus áreas de responsabilidad –siete consejeros fueron nombrados por Ayuso, y seis por Aguado– y evita la discusión.
Asegura que tiene una comunicación fluida con la presidenta, con la que trata asuntos cada martes en el consejo de Gobierno. Sin embargo, en Sol se comentaba lo difícil que resultó, a la hora de hacer el vídeo de los cien días, encontrar planos de Díaz Ayuso en que su rostro no delatara tensión con su compañero de gabinete.
Fuentes de Ciudadanos reconocen que la distancia de la jefa del Ejecutivo autonómico hacia su portavoz y vicepresidente «es algo que ve toda España». Y no saben si la cosa mejorará con el tiempo o si terminará yendo incluso a peor. A su Gobierno conjunto, aún en mantillas, le quedan por delante tres años y medio de convivencia.
Lista de agravios
Una opinión muy distinta es la que tienen en el PP, donde en conversaciones privadas reconocen la desconfianza que sienten hacia sus socios de Gobierno. Sobre todo, desde que les vieron apoyar, a apenas dos semanas de iniciar su andadura juntos, la constitución de una comisión que investigara Avalmadrid.
Rechazan lo que en Cs consideran «feos» a Aguado: colocarle en un lado del escenario en el último acto oficial fue «repetir lo que se había hecho siempre con los vicepresidentes: ponerles junto al resto del Gobierno». Y lamentan que estas quejas desdibujen la acción del gobierno.
De hecho, desde las filas populares tienen también su lista de agravios, que comienzan por las veces que «nos enteramos de cosas a través de los medios, porque los consejeros de Cs no nos las comunican previamente nunca».
El problema viene, afirman, porque en la formación naranja «no terminan de asumir que están en el Gobierno gracias a los votos de Vox»; de ahí que algunos de ellos mantengan posturas más cercanas al centro-izquierda que a sus socios de legislatura . Apuntan también al «afán de protagonismo» del vicepresidente como causa de muchas de las desavenencias.
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