El cielo ofrece una providencial tregua por el Día de Todos los Santos: «Menos mal que ha salido el sol»

Miles de visitantes acuden a los camposantos madrileños después de que en 2020 el Covid dejara una jornada desértica

Dónde es festivo el 9 de noviembre

Una anciana lleva flores a la tumba de un familiar JAIME GARCÍA
Aitor Santos Moya

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Dionisio, «el Dioni, el del furgón», como dice de cachondeo, miró al cielo esta mañana y respiró aliviado. Mermado por las grandes pérdidas del año pasado, este extremeño daba gracias «al de arriba» por no bañar de lluvia el Día de Todos los Santos. Y no era para menos, a tenor de la frenética venta de flores que él y su familia han despachado desde primera hora en el puesto más estratégico del cementerio de La Almudena. Situado frente a la puerta de la entrada principal, en el número 90 de la avenida de Daroca, donde miles de personas han acudido para recordar a sus familiares y allegados fallecidos tras un año de retraso, el mismo que truncó la pandemia y dejó el anterior 1 de noviembre una festividad desértica, recordada tristemente para la historia.

La escena se ha repetido en el resto de cementerios de la región, entre ellos todos los municipales (Civil, Hebreo, Sur, Carabanchel, Fuencarral, El Pardo, Vallecas, Canillas, Aravaca, Cristo del Pardo, Canillejas, Barajas y Villaverde), que ampliaron sus horarios para facilitar el acceso a los visitantes. En la necrópolis de Nuestra Señora de la Almudena, la más grande de Europa occidental, Lola Clavero visitaba por primera vez la tumba de su tía Teresa Clavero, enterrada muy cerca del acceso principal junto a sus padres y su marido. «Mi tía es de Periana (un municipio de Málaga), pero da la casualidad de que su marido era de Madrid y descansan aquí los dos, al lado de mis bisabuelos», explicaba esta malagueña, ramo en mano, antes de entrar acompañada de su pareja.

Lucía Clavero y Pablo Fontana JAIME GARCÍA

Ya de regreso, Adela y su familia (marido, hermanos, hijos y nietos) revelaban que la madre de esta, Concepción Medina, de 83 años, murió a causa del patógeno en las primeras semanas de la crisis sanitaria. «Le hemos llevado flores al Jardín del Recuerdo, donde sus cenizas fueron esparcidas», apuntaba Adela, consciente de las dificultades vividas para recordarla el año pasado.

Minutos más tarde, María Luisa, a punto de entrar en la década de los 90, no tenía reparo en charlar con este diario, evitando, dicho sea de paso, cualquier tipo de imagen. «No quiero fotos, no estoy en Instagram», bromeaba, después de visitar a su familia. «Desde hace años vengo sola, pero antes teníamos un padre que nos hacía venir a los cinco hijos siempre», recordaba. Ataviada con guantes de cuero y un clavel que portaba de vuelta, la anciana advertía de cierta falta de limpieza en el interior del camposanto.

Al goteo constante de coches se han unido los numerosos usuarios de transporte público que han aprovechado el refuerzo del servicio puesto en marcha por el Consorcio Regional de Transportes. En Madrid capital se han dispuesto 25 autobuses extra repartidos entre las rutas que hacen parada en los cementerios. Y fuera de la capital, Getafe (línea urbana L1), Torrejón de Ardoz (línea urbana L1), Coslada (línea urbana L2), Pinto (línea urbana L1), Aranjuez (líneas L1, L2, L3 y L4) y Arganda del Rey (SE Metro-Cementerio) han visto también aumentadas sus frecuencias.

Una familia, en el Jardín del Recuerdo de La Almudena JAIME GARCÍA

Las flores recobraron el protagonismo perdido, con las margaritas, las rosas y los claveles como principales estrellas de la jornada. «Si seguimos así lo mismo ganamos dos millones de euros», decía divertido Dionisio. Y eso, a pesar de que el buen ritmo de venta registrado durante toda la mañana podría haber sido mejor de no ser por los floristas ilegales, apostados en los flancos más alejados de la entrada.

Un lugar muy concurrido de La Almudena, que los miembros del comité de empresa de la Funeraria Municipal han empleado para desplegarse y protestar por la gestión de la empresa, remunicipalizada cinco años atrás. «Con el mayor respeto a los ciudadanos, venimos a defender el servicio público», subrayaba su presidente. Pese al sol, nunca llueve a gusto de todos.

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