Así cazaron al 'Chote', el presunto asesino del doble crimen de El Álamo

La investigación de la Guardia Civil, de más de siete meses, se ha basado en huellas y triangulación de los móviles, principalmente

Jesús Georgevich Gabarre ABC

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La detención de Jesús Georgevich Gabarre, madrileño de 41 años (aunque con ascendencia húngara) ha sido el resultado de algo más de siete meses por parte del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil. Una operación que ha acabado con este sujeto, apodado 'el Chote', entre rejas. La titular del juzgado de Instrucción número 5 de Navalcarnero envió ayer a la cárcel, de manera provisional, sin fianza y comunicada, al delincuente.

El salvaje atropello mortal que presuntamente cometió la noche del 26 al 27 de julio pasado tras una trifulca en una petición de mano, segó las vidas del matrimonio conformado por Antonio Hag, 'Peke', y Jéssica Portela , de 28 y 27 años, respectivamente. Dejaron cuatro menores huérfanos (el mayor, de solo 12 años) y a una familia destrozada. Se llevó también por delante a Lucía, de 18 años y cuñada de Antonio , a quien dejó malherida pero salvó su vida milagrosamente. Sufre importantes secuelas, pues le rompió una pierna por la tibia, el fémur y el peroné, el coxis y padece parálisis facial.

Antonio y Jéssica, con una de sus cuatro hijos ABC

«Eran personas ejemplares»

Las víctimas eran personas ejemplares, vecinos de Vallecas. Antonio era el encargado de una empresa de frutas en Mercamadrid. «Y apenas tenían relación, ellos iban solo nueve personas, cinco chicos y cuatro chicas, por parte del novio, del que eran parientes lejanos. Y acudieron por compromiso, porque la novia es de Badajoz y no la conocían», explican en el entorno de la familia. Además, insisten en que «no fue una guerra de clanes».

«Lo que ocurrió fue que, a raíz de la pelea por la música, ellos quisieron marcharse para no tener problemas con 'los feriantes', que es como se conoce a la otra familia. Acudieron en dos coches, pero subieron los nueve en uno y se les echaron encima, por eso atropellaron a cuatro personas », añaden. Una de ellas era un niño de 4 años, que acabó en el hospital.

Entonces, el coche se les quedó atrapado en una especie de acequia, se asustaron y escaparon a pie, tres por un lado (las víctimas) y otros seis por otro.

El sospechoso, entonces, subió a su BMW negro y condujo unos 300 metros por la M-404, por donde huían Antonio, Jéssica y Lucía. Se los llevó brutalmente por delante, golpeándoles con la parte frontal y de la puerta del conductor. Se sospecha que iba acompañado. Los dejaron tirados en la acera. Hasta que a las ocho de la mañana del día siguiente, un conductor encontró los cuerpos y dio parte a la Guardia Civil.

Jesús es un primo del novio de la pedida. Tiene una empresa a su nombre en Talavera de la Reina (Toledo) , con el siguiente objeto social: «Comercialización de material de desguace de vehículos, chatarra y otros residuos y desechos de metales y de otras materias primas de recuperación no metálicas. Compraventa de vehículos y maquinaria industrial. Reparación de vehículos a motor. Taller mecánico. Lavadero de vehículos».

Huida del 'clan de los feriantes'

Tras lo ocurrido, el 'clan de los feriantes' puso pies en polvorosa y se fue del poblado de Navalcarnero donde residían, desperdigados por distintos pueblos de Toledo. A la fiesta acudieron unos 50 miembros de la parentela de la novia. Al principio, se sospechó de que el autor podría ser otra persona.

Pero días después, cuando la Guardia Civil encontró el BMW homicida en el interior de un tráiler , escondido, vio que las huellas eran de Jesús. El coche, además, aunque no estaba a su nombre, era el que él utilizaba. El círculo se fue cerrando.

Además, se supo que en el polígono Jesús Menchero de Borox (Toledo), desde el inicio de la pandemia, se habían instalado alrededor de medio centenar de feriantes en el interior de dos naves . Vivían en caravanas y muchos eran gitanos de origen centroeuropeo, de segunda generación. Como Jesús.

Se negó a declarar ante el juez

Este fin de semana, le dieron caza. Fue llevado antes el juzgado número 2 de Illescas, en funciones de guardia de detenidos; pero se inhibió ante el 5 de Navalcarnero, que era el que siempre había llevado el caso y había decretado el secreto sumarial.

En su declaración de ayer, solo contestó a su abogado y al juez. Ni a lal Fiscalía ni al abogado de la acusación, el prestigioso letrado Juan Manuel Medina . Negó los hechos. Es más, dijo que él había sido uno de los arrollados durante la pedida y que en el momento del doble crimen estaba en el hospital. Y mintió en algo más: aseguró que en la pelea perdió su teléfono móvil, conocedor de que la geolocalización del teléfono le situaba en el punto y hora del terrible suceso.

Ahora ya duerme en su celda.

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