Castigo ejemplar al grafitero: «Desde que empecé a barrer para pagar la multa no he tirado una colilla»
El Ayuntamiento de Madrid conmuta las multas a 925 jóvenes por trabajos a la comunidad. Varón, de entre 18 y 29 años y universitario es el perfil de los infractores que pagan su sanción limpiando las calles
A Juan (nombre ficticio) le pillaron «in fraganti» perpetrando una «pintada vandálica» en una propiedad pública de Madrid. El grafiti le costó una multa de 2.300 euros. Pero estos días paga su deuda con la sociedad a cambio de horas barriendo y limpiando las calles. Este joven de 20 años es uno de los 900 que se sumaron en el último año al programa del Ayuntamiento que permite conmutar ciertas multas por trabajos comunitarios en la capital . Una «pena» ejemplar que le ha concienciado: «Si vas a hacer un grafiti, piénsatelo antes , hazlo en tu casa o en un cuaderno», aconseja a otros jóvenes. «Desde que empecé barriendo no he vuelto a tirar una colilla ni un papel» , expresa, mientras hace una pausa con el escobón en Azca .
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Ataviados con un chaleco azul donde se puede leer «limpio Madrid», Juan junto a un grupo de estos infractores «voluntarios» repasaban ayer cada esquina de la zona financiera. En el último año el número de participantes en el programa ha crecido un 66,8 por ciento. Durante los dos primeros años en marcha, 1.211 personas se apuntaron. Del 2 de septiembre de 2019 al 22 de noviembre de este 2020 la cifra alcanza ya los 925 participantes. Es decir, se ha pasado de 50,4 personas al mes durante la primera fase a 84 en este periodo, a pesar de los tres meses de parón por el confinamiento. El Área de Medio Ambiente y Movilidad , que coordina este programa, quiere seguir en esta línea e impulsar estos intercambios para lograr una «mayor concienciación de los ciudadanos sobre la importancia de mantener limpia la capital ».
La mayoría, por miccionar
El equipo que ayer recogía los residuos del suelo frente a la torre Picasso representa el perfil más habitual que recibe estos cursos de concienciación y ejerce estas labores a cambio de no pagar las elevadas multas. El 85 por ciento de los participantes del programa son hombres; casi un 70 por ciento tiene entre 18 y 29 años -apenas un 15 por ciento es mayor de 40 años- y cerca de la mitad tiene o cursa estudios universitarios. Solo un 5 por ciento no cuenta con titulación primaria. Más del 95 por ciento reside en la Comunidad de Madrid y solo un 10 por ciento carece de la nacionalidad española.
Como alternativa al pago de las sanciones, los infractores realizan tareas básicas de limpieza viaria como el barrido manual con cepillo y escoba, vacían las papeleras y eliminan las pegatinas o carteles que otros pegan en el mobiliario urbano. El Ayuntamiento permite permutar todas las infracciones tipificadas como leves, como los grafitis, no reciclar correctamente o arrojar residuos fuera de las papeleras como colillas, chicles y cáscaras de pipas, entre otros objetos. También se pueden canjear horas de trabajo por faltas graves como cambiar el aceite en la vía pública, realizar necesidades fisiológicas en la calle, abandonar muebles y electrodomésticos en lugares no habilitados o no recoger las deyecciones de las mascotas. Cada 100 euros de multa se canjea por 4 horas en una jornada de trabajo .
El 85 por ciento de los cazados y que optan por sustituir la multa fueron sancionados por orinar en la vía pública ; el 7,4 por ciento, por no reciclar los residuos ; el 3,9 por ciento, por dejar basura tras un botellón ; el 1,7 por ciento, como Juan, fue por realizar grafitis , y el resto -entre un 0,1 y un 0,5 por ciento-, por arrojar residuos, no hacer uso de los contenedores apropiados o, en el porcentaje más bajo, no recoger heces caninas . «Disfrutar de un Madrid limpio precisa de la colaboración de todos», recordó el edil Borja Carabante, que coincide con el ex grafitero en que esta alternativa a la multa puede «cambiar conciencias».