Los carteristas y ‘camellos’ vuelven al Parque del Retiro
«Incluso en un día se pilla a los mismos tipos dos o tres veces, con cinco o seis teléfonos», explican los agentes que patrullan
Hace unos días, la Policía Municipal detuvo a varias rumanas por robar carteras en el Parque del Retiro. Tras la reapertura parcial del recinto, cerrado primero por la pandemia, luego reabierto, pero de nuevo con un parón de visitantes por las rachas de viento y por el desastre de Filomena, se comienzan a cumplir los peores presagios. La vuelta de ‘camellos’, carteristas y hurteros al lugar. Agentes que allí prestan servicio reconocen que, durante la reapertura de finales de primavera y verano, hubo una oleada de robos de móviles, sobre todo, prácticamente nunca vista. «Se dispararon. Incluso en un día se pilla a los mismos tipos dos o tres veces , con cinco o seis teléfonos. Cuando se cerró, un par de ellos, rumanos de 30 años, se fueron a Barcelona», explican. Este pasado fin de semana había también chavales marroquíes.
Y han descubierto una nueva manera de no ser apresados con los teléfonos: «Hay terminales que pueden geolocalizarse, pero necesitan una clave para ser desbloqueados. Lo que hacen es dejarlos en las ramas de los árboles o enterrarlos en la arena , dos o tres días, hasta que se les termina la batería, que no es extraíble. Vuelven al lugar donde los han escondido, los recuperan y los venden en el mercado negro o en tiendas de segunda mano».
El ‘modus operandi’ de las sustracciones es robarlos del bolsillo, de las terrazas o de la gente que está retozando en el césped. A los autores les imputan un delito de hurto y siguen en la calle como si tal cosa: «Están ya volviendo al parque y más que vendrán seguro, porque la gente está deseando de regresar a pasear tras tanto tiempo de restricciones, y más con el inicio del buen tiempo».
Robos en el bus a Barajas
En el distrito de Retiro, ya en la calle, los hurtos se producen en zonas culturales, como el entorno del Museo del Prado. Allí tiene la Policía Municipal un puesto fijo con una Oficina de Atención al Ciudadano, pero también ha descendido mucho la casuística por el Covid,porque hay muchos menos turistas extranjeros.
Aún así, se sigue viendo a rumanos. En Cibeles también se hace un seguimiento continuo, con especial énfasis en las paradas de autobús de esa frontera del distrito. No solo ahí, sino también en el interior de los vehículos colectivos. Una de las líneas favoritas de los amigos de lo ajeno es precisamente la exprés al aeropuerto de Barajas. No solo se roban carteras y otros objetos de valor, sino que se han reseñado algunos casos de hurtos de maletas pequeñas de viajeros , explican fuentes policiales a ABC.
Los entornos más victimizados de los museos son los del llamado Paseo del Arte ; además del Prado, el Thyssen, CaixaForum, elReina Sofía y el Naval. Todos en el eje de Cibeles a Atocha. Precisamente, en este punto también se da cierta criminalidad, por su cercanía con la estación de trenes, el pasillo Cuesta de Moyano-Retiro y el mencionado Reina Sofía.
Más presencia policial
De cualquier modo, las restricciones por la pandemia han traído consigo una mayor presencia policial en las calles por las noches, con la finalidad principal de evitar que se salten la normativa vigente. Pero también está sirviendo como medida disuasoria para que los ladrones circulen con la impunidad con la que solían hacerlo, gracias a la lasitud de nuestras leyes.
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