La carrera más importante de Juanfran, curado de leucemia con la terapia CAR-T
El joven, de 19 años, fue diagnosticado de leucemia linfoblástica aguda tipo B en 2017 y sometido a un trasplante medular que no funcionó
![Juanfran, con la bicicleta con la que solía competir](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2020/02/09/paciente-terapia-cart-kqxC--1248x698@abc.jpg)
El martes 13 de junio de 2017, la vida de Juan Francisco Fernández dio un giro de 180 grados. Tuvo que cambiar la bicicleta, las carreras y el aire libre por goteros, sesiones de quimioterapia y una habitación de hospital de la que recuerda, y nunca se le olvidará, «el color amarillo rancio» de la pared. Por aquel entonces, Juanfran tenía solo 16 años y era el mejor de su equipo, el Avimosa Chozas Team, pero empezó a bajar el rendimiento. Cuanto más pedaleaba, más se cansaba . La última carrera la disputó en Asturias el fin de semana anterior, sin saber que la etapa más importante de su vida estaba a punto de llegar. Días después, Juanfran fue diagnosticado de leucemia linfoblástica aguda tipo B (LLA-B) y, tras enfrentarse a un trasplante y recaer, ha sido el segundo paciente de la Comunidad de Madrid al que se le aplicaron las terapias avanzadas CAR-T y que se curó gracias a ellas. Después, llegaron otros cuatro y 35 más continúan el tratamiento.
En una de las cuestas de su última competición, el cuerpo de Juanfran dijo basta: no podía subirla, pero lo achacaron al cansancio . Al día siguiente, ya en Madrid, el fuenlabreño se despertó para ir al colegio y enfrentarse a los exámenes finales de cuarto de la ESO . Ya se encontraba mal. «Un ibuprofeno y al insti», le ordenó su madre, María Jesús, que pensaba que no quería ir porque no había estudiado. Rodeado de pupitres, Juanfran empezó a sentir un dolor punzante en el costado que se le fue subiendo al brazo. Su madre pensó que se trataba de gases; su padre, de un infarto. Lo fueron a recoger, lo llevaron al hospital y, tras el susto inicial, llegó el varapalo definitivo: su hijo tenía leucemia . «A ver si se han equivocado de expediente. A mi hijo solo le cuesta respirar, pero no tiene moratones», cuenta María Jesús que le espetó al médico: «La ignorancia...». No quería aceptarlo, pero el diagnóstico era el acertado. «Eso y que justo el mismo mes le atropelló un coche cuando salía de entrenar. Pensábamos que el dolor venía de ahí», replica el padre, Carlos.
Al joven ciclista le realizaron una punción lumbar que confirmó los peores presagios. Desde ese día, la rutina de Juanfran cambió por completo: médicos, suero y agujas se convirtieron en sus compañeros de cada jornada. Y, como no podía ser de otra forma, también la quimioterapia . A pesar del dolor, Juanfran no permitió que su humor cambiase. «En el hospital, todo el día estaba haciendo bromas, hasta que un día me lo dijo una doctora. ¿Sabes qué le contesté? Prefiero tomármelo así que estar llorando en la cama », asegura el chico. «Cuando me enteré, sentí tristeza. Los días que estaba mal no tenía ganas de verme ni de ver a nadie, pero luego pensé que me pasaba porque me tenía que pasar», rememora Juanfran, con total entereza.
La bicicleta acompañó al chico en toda su enfermedad. Se compró un rodillo y, cuando el cuerpo se lo permitía, seguía entrenando en la habitación . «Dependiendo de cómo funcionase el wifi, unos días hacía diez kilómetros y, otros, etapas de 25 », indica. «La bici fue lo que lo salvó», puntualiza María Jesús. Después de la quimioterapia llegó el trasplante de médula . El 13 de diciembre, seis meses después del diagnóstico, los resultados mostraron que Juanfran tenía un 0.06 de leucemia en su cuerpo y pensaron que la remisión total llegaría en algún momento . El día 28 le dieron el alta y durante dos años el joven estuvo limpio. Pero recayó y, con la leucemia, volvieron los miedos justo dos días antes de que cumpliese los 19 años. El 9 de octubre del año pasado, una analítica reveló una alteración en las plaquetas . Juanfran volvía a tener leucemia, esta vez con un 35% (la primera había sido con un 98%).
Lo intentaron con quimioterapia pero se le resistió y los médicos del Hospital de La Paz decidieron probar con las células CAR-T. «Sacan tus células buenas, las congelan y las tratan. Como no puede estar sin nada, mientras no le introducen las CAR-T le dan quimioterapia», explica el padre, que se ha convertido ya en todo un experto: «Estas células van a estar en él de por vida. El tiempo que no detecten una célula cancerígena , se van durmiendo y, si la leucemia vuelve a aparecer, se activan y se reproducen para intentar matar la cancerígena».
«Pensábamos que estaba desahuciado, que no tenía solución», dice la madre. Pero el 22 de noviembre llegó la buena noticia: Juanfran recibió el alta . El tratamiento había surtido efecto y el joven se había curado. Por fin, después de la pesadilla vivida, su cuerpo ha ganado la batalla, la carrera, pegando un esprint final contra la leucemia.
![Juanfran, con la equipación de su equipo de ciclismo](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2020/02/09/juanfran-terapias-cart-kqxC--510x349@abc.jpg)
La trágica experiencia ha ayudado a Juanfran a «madurar y valorarlo todo más». Todavía no puede ir a centros comerciales ni montarse en transporte público, por lo que pasa el día entre los médicos, la bicicleta y haciendo tests para sacarse el carné de conducir. «De mi vida anterior echo de menos a los amigos del colegio . Al principio venían a verme. Luego dejaron de hacerlo, pero aprendí que los amigos verdaderos son los del hospital, los que se han enfrentado a las mismas batallas que yo . Y también los del equipo », expone el paciente.
Por delante le queda toda una vida, aprender a surfear (otro de sus sueños) y enfrentarse a la Titan Desert . Más de dos años después del peor día de su existencia, Juanfran se ha vuelto a poner el dorsal y vuelve a poder pedalear. Su particular Tour ya está superado.
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