Carmena y su idea de poner churrerías en los mercados: «¿Empleos como churros?»
El sector ve bien que la alcaldesa quiera poner estos en las galerías comerciales. La gente duda de su efecto sobre el paro

Por mucho que los clientes de Miguel Rodríguez –gerente de la nueva churrería de San Ginés , en el mercado de Prosperidad– alaben la calidad de sus desayunos con la expresión «¡Benditos churros, oiga!», esta elaboración carece de «efectos milagrosos». Con esa ironía castiza, José pone en tela de juicio la última iniciativa de la alcaldesa Manuela Carmena : fomentar el empleo facilitando la apertura de churrerías en los mercados municipales. «Abrir más churrerías es algo fantástico. Pero de ahí a creer que es la panacea para el paro de esta ciudad, hay un trecho», comenta. «¿Va a crear empleos como churros?», se pregunta este vecino.
Sea como fuere, Miguel Rodríguez está contento de que la regidora se haya acordado de este clásico negocio para dar vida a los mercados madrileños. «Siempre es positivo sentirse respaldado por las instituciones», comenta mientras sirve un par de raciones de churros, el producto estrella de San Ginés . Después del verano, abrirá el salón que da directamente a la galería comercial municipal. «Hasta que esté un poco más rodado el nuevo proyecto del mercado no me compensa abrirlo», confiesa.
«Con la llegada del frío mejorará la cosa», explica Antonio Chamorro , su churrero, cuarta generación de maestros en este arte. Este experto en la fritura de este manjar de los desayunos y las meriendas agradece «el gesto» municipal. «Pertenezco a un oficio que cada vez quiere aprender menos gente. Dudo mucho que mi hijo se dedique a esto», comenta entre risas.

Desde La Antigua Churrería , otro de los decanos de este negocio madrileño –acaban de cumplir 103 años de historia– no ven con malos ojos que Carmena fomente la apertura de churrerías en los mercados. Sin embargo, Jorge Fernández , su gerente, considera que poner este tipo de establecimientos en estos espacios municipales tiene sus «limitaciones». «Si tienen acceso directo a pie de calle, además de por el interior de la galería, no hay problema. Pero si no lo tiene, el horario de los mercados te limita mucho en un negocio como este. A ello se suman los requisitos técnicos para la seguridad de estos locales», opina como experto a ABC .
En cuanto a la generación de empleo, aclara: «En los cinco establecimientos que regentamos –dos de ellos en la capital, en Bravo Murillo, 190 y en Conde de Peñalver, 32– tenemos contratados cerca de 50 empleados. La media es de siete fijos por tienda más los eventuales en los períodos de más trabajo y las vacaciones», explica.
La filosofía de esta churrería «nacida de la más pura tradición madrileña» es la de ofrecer la «máxima calidad». «Todo apoyo municipal en este sentido es positivo pero también estaría bien que el Ayuntamiento pusiera las cosas más fácil a las empresas y emprendedores a la hora de abrir nuevos negocios», comenta. Sobre la posible competencia que generaría en el sector, aclara: «Cuantos más locales tengamos cerca mejor. Es un aliciente para mantener la más alta calidad».

En esta línea, Rocamar –famoso en Chamberí por sus churros, porras y «chamberosquis»– apuntan a que es positivo que se ponga en valor este negocio tradicional. «Ese fomento del empleo, que está muy bien, tiene que ir acompañado de ayudas», dice Bayron Obando , al frende de este bar de Santa Engracia, 29 desde 2012.
Noticias relacionadas