Así captaban a las niñas prostituidas: «Dormí en la casa okupa de una pareja. Me daban droga por cuidarles a los hijos»

Una víctima, de 14 años y toxicómana, intentó quitarse la vida estando ingresada por los Servicios Sociales

Menas del centro de Hortaleza iniciaron en el consumo de estupefacientes a niñas tuteladas en el mismo edificio

La Policía interviene en una zona de Villaverde Alto con frecuente presencia de toxicómanos y problemas de prostitución GUILLERMO NAVARRO

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El primer caso que se conoció data de finales de 2019. Una madre se dirigió a la comisaría de Arganzuela para denunciar las continuas fugas de casa de su hija, menor de edad, para acudir a «zonas de venta de droga en San Cristóbal y Villaverde»: «Mi niña ya es adicta. Sé que allí abusan de mi hija y de otros menores y mayores de edad. A cambio de sexo, las mantienen dentro de los pisos durante días. Abusando de ella como les place. Me he llegado a encontrar allí a mi hija casi inconsciente. La última vez que se ha escapado [el 29 de diciembre de 2019] fue con Ismael Rafael D. M., un dominicano que pertenece a bandas latinas. Cumplía condena por tráfico de drogas, pero está de permiso penitenciario». Entonces, hace dos años, el juzgado archivó la causa. Ahora, tras destaparse la trama de prostitución de niñas de la operación Sana, esa víctima es una de las diez ahora liberadas. Sí, dos años después. Lo que se ha tardado en volver a incluir a esta niña en un caso, al menos este, que pudo haberse atajado mucho antes. Se archivó por ser una desaparición voluntaria.

Uno de los capítulos más graves lo protagoniza una menor de edad de 14 años. Tiene tras de sí una vida durísima, con un padre toxicómano y continuas fugas , primero de su casa y luego del centro donde estaba. Fue hallada por la Policía en una casa okupa llena de drogadictos: «Duermo en casa de una pareja adulta [se cree que amigos de su progenitor], que venden droga y, a cambio, de cuidar de sus hijos, me la ofrecen a mí». Se da la circunstancia de que es la misma que, dentro del centro de acogida, se cortó las venas, sin llegar, por suerte, a morir.

Randy, uno de los encartados, en el pub El Patio, donde presuntamente se violaba a las niñas ABC

El sumario judicial recoge múltiples ejemplos, como este, de cómo los 37 detenidos el 30 de noviembre (solo hay ocho de ellos en prisión, por lo que las diez menores que se conocen como víctimas están muy asustadas y tienen condición de testigos protegidas) se las arreglaban para embaucarlas. Para enamorarlas, también. Para engancharlas a la droga, tenerlas a su merced y prostituirlas y violarlas continuadamente para sacar dinero de ellas. Y para, incluso, utilizarlas de ‘mulas’ para distribuir estupefacientes como cocaína, crack, heroína, marihuana y hachís. Una rueda infinita e invisible, un infierno a pie de calle en pleno Madrid y con varias de estas chicas estando tuteladas por la Comunidad en centros especializados.

Croquis dibujado por una víctima del piso donde fue violada durante días ABC

«Cadenas invisibles»

Hay testimonios, uno de los más duros, que relatan precisamente cómo en uno de esos recursos públicos, de Aranjuez, se inició en las drogas: «Empecé a consumir cannabis que le compraba a un marroquí del centro», afirma en una carta manuscrita en propiedad del juzgado número 8 de Madrid. Tenía 14 años. Había pasado por el centro de primera acogida de Hortaleza. También contactó con el primo de uno de esos magrebíes (menores extranjeros no acompañados, menas) con los que alternaba en el centro: «Él me desvirgó», añadió.

El Grupo XXII de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer de la Brigada de Policía Judicial de Madrid (Ufam) ha redactado informes incorporados a la causa en los que se detallan esas labores de captación para la trata de estas crías. «Las menores tienen una evidente falta de madurez, provenientes de entornos desfavorecidos, con fracaso escolar y habitualmente tuteladas en centro», indican; y haciendo hincapié en el hecho de que, al fugarse continuamente («muchas no tienen dinero para comer ni dormir»), se encuentran e n «una situación de extrema vulnerabilidad» . «Esto las hace unirse al primer foco de cariño o bienestar afectivo que les surge», sentencian. Y así es como ya está abonado el caldo de cultivo.

Algunas se infectaron de sarna, clamídia y gonorrea, al obligarlas los proxenetas a prostituirse sin condón con muchos toxicómanos

La Policía señala que la mafia buscaba a este tipo de perfil. Las atraían y captaban «a través de redes sociales y de manera indiscriminada [hay constatados diez casos] como YouTube, Facebook e Instagram». El ejemplo más nítido es el del rapero Saymol Fyly, «un cantante de reconocido prestigio», continúa la Ufam: «Del contenido de sus vídeos musicales destacan afirmaciones como el hecho de vender drogas, la ostentación de grandes cantidades económicas, consumo de sustancias estupefacientes, la visualización de armas y los locales donde graban. Extremos que despiertan curiosidad y atraen a las menores de edad».

Por ejemplo, en una de las canchas que aparecen en unas grabaciones, en San Cristóbal de los Ángeles, el rapero aparece con otro investigado. Y ahí fue donde precisamente contactaron con la testigo protegida número 7. La menor número 1 también refiere un local «donde Saymol y Kalifa», dos de los principales captadores, «llevaban a menores de edad»: «Es un punto de venta de droga donde paran los dominicanos», añade la chiquilla.

Violación en una fiesta

El atestado policial detalla que en ese bar aparecen cortando droga con un cuchillo y se aprecian en el vídeo también un soplete de gas (para cocinar la base de cocaína) y una pistola. La madre de la testigo 2 también hace referencia a que su hija estuvo con el rapero cuando tenía 13 años.

El primer caso lo denunció una madre en 2019, pero el juzgado lo archivó como desaparición voluntaria y la niña siguió esclavizada

Sobre el Metralla, otro de los primeros sospechosos, se relata que, junto a otro «cantante dominicano», fue investigado por la presunta agresión sexual a una menor en una fiesta en enero de 2021. En el perfil de Facebook del Metralla «se observa una evidente ostentación de barcos, coches de lujo, relojes, gafas y fiestas con bebidas costosas, coincidente también con el testimonio de la testigo protegida 1». De hecho, en su declaración, la niña hacía referencia a ello. Otro investigado, Chuky, también presume «de posesión de joyas, de oro, cadenas y dinero», añaden los investigadores.

Luego, está la técnica del ‘lover boy ’, una figura muy común en la trata de mujeres rumanas pero que se da también en este entorno latinoamericano. «La organización utiliza a los mayores de edad de los peldaños inferiores de la organización, aprovechando sus ‘encantos’ para tratar de enamorar a las menores», con «falso cariño y agasajándolas con numerosos detalles».

Aprovechando ese apego afectivo, las introducen en las narcochabolas de San Cristóbal de los Ángeles, Marconi, Vallecas y Villaverde, hasta crearles dependencia y prostituirlas. Lo que se conoce en el argot como «cadenas invisibles». Dos de las testigos hablan del Kalifa y de Chuky como de sus «novios» y las hacían acostarse con otros.

Las amenazaron «con golpearlas con un cenicero», al grito de «¡Voy a acabar contigo!». Las palizas eran tremendas y se contagiaron de sarna, clamídia y gonorrea.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación