La Cañada Real sigue a oscuras

Las guirnaldas de lucecillas, alimentadas con energía solar y cortesía del colectivo artístico Boa Mistura, que cuelgan sobre la calle principal del sector 6 de la Cañada Real, sin suministro eléctrico desde el 2 de octubre de 2020. Al caer la noche, las únicas luces que iluminan el sector 6 de la Cañada Real escapan de las precarias construcciones fabricadas con retales de materiales baratos. Bárbara Molina sostiene a su nieta Tabita, de seis meses, junto a su hija Rebeca (a la izquierda), que en los próximos días podrá calentar la leche del bebé con energía solar. Rebeca y Tabita pertenecen a la treintena de hogares donde la asociación Light Humanity ha instalado en el último año sistemas fotovoltaicos con almacenamiento. Bárbara y su marido, Constantino Vázquez, avalan a su hija Rebeca para que Light Humanity instale un par de placas solares sobre su tejado. La asociación financia el sistema, que cuesta unos 5.000 euros, y la familia ha firmado un contrato para pagarlo en cuotas mensuales durante un año. La casa de Rebeca Vázquez (en el centro), madre soltera de 23 años, que hasta la fecha tiene luz por un ruidoso generador. Cada bombona de gasolina cuesta unos 10 euros y aguanta como mucho tres horas. Los enganches ilegales al cableado eléctrico coronan la casa de Rebeca Vázquez, inservibles desde que UFD, la distribuidora de Naturgy, cortara el suministro en los sectores 5 y 6 de la Cañada ante las constantes sobrecargas de la red provocadas por las plantaciones de marihuana. Las placas solares instaladas en el techo de Rahma Hitach el Kanar, en el sector 5 de la Cañada Real, desde hace varias semanas. Rahma ya no necesita las costosas bombonas ni el ruidoso generador para los quehaceres cotidianos, como cocinar y poner la lavadora. El tablón del centro comunitario del sector 5 de la Cañada Real, donde vecinas como Rahma organizan todo tipo de actividades, desde clases de idiomas (árabe, castellano...) hasta talleres para adolescentes. El apagón ha trastocado muchas de ellas. Rahma Hitach el Kanar, de 42 años, no se separa del móvil. Cualquier cuestión de sus vecinos de la Cañada Real pasa por ella, al frente de la Asociación de Mujeres Árabes Libres (AMAL). Ha estado en todas las manifestaciones que han intentado hasta la fecha llamar la atención de las administraciones sobre un problema humanitario. La Cañada Real es el mayor asentamiento ilegal de la Comunidad de Madrid, ubicado a 14 kilómetros del centro de Madrid y dividido en seis sectores que se extienden a lo largo de 15 kilómetros.

La Cañada Real sigue a oscuras

Los habitantes de los sectores 5 y 6 del mayor asentamiento ilegal de la Comunidad de Madrid sobrellevan su segundo invierno sin suministro eléctrico

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