El calor residual del Metro de Sol puede generar agua y calefacción para la Real Casa de Correos
El proyecto Madrid Subterra estudia el uso de los túneles de M-30 y el suburbano como fuente sostenible de energía
El tramo de la línea 5 de metro entre Aluche y Oporto se cortará este sábado durante 15 días
Las obras para la ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid comenzarán este 2022
Año 2012. Javier Rubio de Urquía , alto funcionario municipal, estaba parado sobre una rejilla de Metro, esperando. Con el paso del tren llegó la vaharada de aire caliente. Y con ella, la inspiración: ¿porqué no buscar bajo tierra fuentes de energía sostenible y alternativa? De ... esta idea visionaria nació la iniciativa Madrid Subterra, que diez años después ha desarrollado varios proyectos, el último de los cuales demuestra que el calor residual de la estación de Metro de Sol es capaz de generar toda el agua caliente que necesita la Real Casa de Correos y proporcionarle un ahorro del 25 por ciento en su calefacción.

«Bajo el subsuelo de la ciudad, hay enormes infraestructuras que generan calor», explica Rubio, presidente fundador de Madrid Subterra, una alianza público-privada en la que instituciones, universidades, colegios profesionales y empresas se afanan por incorporar esa riqueza energética oculta a nuestra vida cotidiana.
Usar y no contaminar
En efecto, existen importantes redes de Metro y ferrocarril, galerías de servicio de enormes dimensiones por donde circulan millones de litros de agua, túneles atravesados por el tráfico de cientos de miles de vehículos... y todo ello genera un calor que en la actualidad se expulsa al exterior sin más . «Lo tiramos a la calle, con lo que no sólo no lo aprovechamos, sino que además contamina, porque contribuimos a esa isla de calor que se da en las ciudades, que hace que la temperatura sea más alta», señala Rubio.
En ese otro mundo bajo nuestros pies existe una fuente de energía limpia y renovable esperando a ser extraída. Y la tecnología existe. Su plan para aprovecharla causó en sus inicios muchas reticencias. «Directamente, muchos se mofaban», recuerda. Pero a fuerza de insistir, sus ideas fueron calando, entre otras cosas, por «el empuje de la alcaldesa Ana Botella , sin duda la persona que más me apoyó», porque «incluso en la comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento de entonces, mucha gente votó en contra».
«En las ciudades hace falta que el subsuelo se comunique con la superficie, como hace un árbol con toda naturalidad»
Su idea ha demostrado que aguantaba, más allá del papel: ya existen proyectos avalados por las universidades, e incluso hay licitaciones en marcha que ponen a funcionar tecnologías para aprovechar este calor del subsuelo.
Pero para ello, ha hecho falta mucho trabajo: primero explicando que existía esa energía, y que se podía aprovechar. Después, formando, en colaboración con las universidades : Madrid Subterra trabaja activamente con la Politécnica de Madrid , para los desarrollos tecnológicos, y ahora han firmado un convenio con la Complutense , «porque también hay aspectos jurídicos y económicos que desarrollar, como de quién es ese calor que hay en el subsuelo, por el que muchos se van a interesar cuando esos metros cúbicos de aire caliente tengan valor», señala Javier Rubio.
La contribución de la universidad es vital: en ella se están formando ya los que serán la cantera de los investigadores españoles en este campo del aprovechamiento de la geotermia. No descartan abrir, dentro del Aula Subterra que ya funciona en las universidades colaboradoras, espacios para la formación de ingenieros y otros profesionales, «porque existe este vacío, esto no se enseña en las escuelas».
Enorme potencial
El paso de gigante en sus proyectos lo han dado cuando han conseguido el reconocimiento legal de la energía del subsuelo: en la Ley de Cambio Climático se reconocen las energías residuales de las infraestructuras como energías renovables, y esas infraestructuras como fuente de dichas energías. «Era importantísimo que formalmente se reconociera esto para el Metro, por ejemplo, que tiene un potencial enorme: en un año, el calor expulsado por este medio de transporte equivale a las necesidades de calefacción de 150.000 viviendas», ilustra.
Y no solo ocurre con el suburbano: también los túneles de la M-30 albergan unas cifras impactantes en generación de aire caliente, susceptible de utilizarse tanto en calefacción como en refrigeración. Y lo mismo ocurre con la red de tuberías del Canal de Isabel II , que colabora también en el desarrollo de proyectos de Madrid Subterra.
Las iniciativas planteadas hasta ahora parecen «de Julio Verne, pero son reales», recuerda Javier Rubio. Como ejemplo está ese último estudio realizado por el Aula Subterra –radicada en la Escuela de Ingenieros Industriales de la Politécnica–, que analiza hasta qué punto se pueden cubrir las necesidades de calor del edificio de la Real Casa de Correos con la energía residual de los túneles de la estación de Metro de Sol. El resultado del análisis arroja cifras sorprendentes: cubriría un cien por cien de la demanda de agua caliente sanitaria, y un 25 por ciento de la de calefacción, al menos. En este curso, este proyecto profundizará en la viabilidad de esta iniciativa.
Que no es la única: también se ha evaluado la posibilidad de climatizar la Casa del Lector, en Matadero Madrid, con la hidrotermia procedente del agua drenada por uno de los pozos de bombeo de los túneles de Madrid Calle 30. Los investigadores han concluido que ese recurso sería suficiente para atender toda la demanda de refrigeración y hasta el 85 por ciento de la demanda de calefacción.
Es posible climatizar la Casa del Lector, en Matadero, con la hidrotermia procedente de uno de los pozos de bombeo de Madrid Calle 30
La utilización del aire de los túneles de la M-30 para fines prácticos está en la mente de estos expertos, que han analizado sus características y llegado a una conclusión de enorme interés: apenas hay una diferencia de 5 grados en la temperatura de este aire a lo largo del año, tanto en verano como en invierno. Una estabilidad que indica que utilizar este aire de los túneles para climatización sería mucho más eficiente que hacerlo con el aire de la superficie.
Pero más allá del papel, hay ya dos proyectos muy relevantes en marcha. Y los dos tienen relación con Metro, uno de los socios de Madrid Subterra más implicados en la operación. El primero de estos proyectos está en la ampliación de la línea 11 de Metro, recién licitado, que incluye que una parte del túnel va a ser termoactivado para dar calor al futuro intercambiador de Conde de Casal. Será la primera vez que se realiza en España una operación de este tipo, con un aprovechamiento real del calor generado en una infraestructura.
Bombas de calor
Además, Metro también se plantea aplicar estos procesos a la remodelación futura de la estación de Avenida de América. En este caso, va a utilizar el agua que se filtra y ha de ser bombeada: con ella se climatizará y atemperará, mediante bombas de calor, la temperatura de la estación, con menos dependencias de energías fósiles. Calculan que podrán bajar la temperatura en el interior de la instalación hasta 5 grados.
«En un año, el calor expulsado por el Metro de Madrid equivale a las necesidades de calefacción de 150.000 viviendas»
El Ayuntamiento de Madrid también tiene prevista una actuación de aprovechamiento de las energías del subsuelo. Concretamente, en el nuevo túnel de unos 4 kilómetros que se va a construir en la salida de la A-5 . Este túnel se termoactivará, explica Rubio, para aprovechar el calor que se genera en su interior y utilizarlo en edificaciones en superficie.
La clave, señala el responsable de Madrid Subterra, es cambiar el chip, y entender que es de locos desaprovechar esa energía que tenemos al alcance de la mano, «que no tenemos que importar y se genera cada día» . Obligará, eso sí, a replantearse el urbanismo y la construcción de nuevas infraestructuras , dejando preparadas preinstalaciones para estos usos. Las ciudades, considera el experto, pueden ser autosuficientes en general, por todas sus potencialidades energéticas: el sol, el viento, la geotermia...
Suministrar energía
Pero hace falta superar una barrera de partida: «Que el subsuelo se comunique con la superficie y ésta con la parte aérea, como hace un árbol con toda naturalidad; ahora en las ciudades actúan como tres niveles separados».
En el futuro que pinta Subterra, Metro no sería sólo una gran empresa de transportes, sino también una compañía suministradora de energía. Y las empresas que apostaron por este proyecto y lo han venido apoyando económicamente durante estos años, sin buscar la rentabilidad inmediata, empezarán a recoger sus frutos. «Algún día s e podrán turbinar grandes los enormes colectores de 9 metros de diámetro, o los estanques de tormentas , para generar energía eléctrica», plantea Rubio. De hecho, Canal de Isabel II ya realiza aprovechamientos de este tipo para cubrir parte de su autoconsumo.
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