«La Burgoneta», el mini satélite creado por jóvenes de Las Rozas que encandiló a la Agencia Espacial Europea
Siete alumnos, con edades entre 15 y 17 años, se alzan en Bremen con el premio de la ESA
Fernando Bermúdez, Efrén Boyarizo, Pablo Campos, Fernando Celaya, Samuel Nevado, Enrique Teja y Jaime Pérez. Quédense con sus nombres porque puede que en el futuro estén entre los prohombres españoles de la ciencia y la ingeniería aeronáutica. Estos siete adolescentes, estudiantes de primero de Bachillerato y tercero de la ESO, acaban de ser premiados por la Agencia Espacial Europea ( ESA ) por crear un satélite del tamaño de una lata de refresco. Los laureados alumnos pertenecen al IES Burgo-Ignacio Echeverría de Las Rozas . De ahí que su peculiar proyecto ganador se llame la «Burgoneta espacial».
A este concurso, que tuvo lugar hace unas semanas en la localidad alemana de Bremen, se presentaron un total de 15 equipos de toda Europa. Los representantes del centro educativo madrileño accedieron a la final europea tras hacerse con el primer puesto del Concurso Nacional de Can Sat Caesar Augusta, celebrado en Zaragoza el pasado mes de abril.
«Este es el primer año que participamos. Lo intentamos en el 2015 y 2016 pero no nos seleccionaron», explica a ABC Francisco Viñas , el profesor que ha coordinado este proyecto. Se formó junto a otros 340 docentes en un programa de la Comunidad de Madrid con la ESA . A través de este proyecto, impulsado por la Consejería de Educación, los participantes recibieron formación específica de divulgación de los experimentos que se llevan a cabo en las diferentes misiones espaciales y su aplicación a la vida cotidiana. El objetivo es trasladar a los alumnos los conocimientos adquiridos para despierte en ellos una vocación por el mundo científico.
Algo que parece haber calado en los siete alumnos que llevaron a Bremen su satélite con una enorme ilusión . «Dos profesores del centro nos han ayudado bastante. José Antonio Ventura sacrificó su drone con las pruebas de paracaídas y Enrique Reques nos ha ayudado mucho con el lanzador de pruebas y el sensor de ultravioleta», recuerda Viñas haciendo hincapié en el apoyo del centro educativo de Las Rozas al proyecto ganador.
Diseño propio
El artefacto, del tamaño de una lata de refresco y un peso de 330 gramos, fue elaborado íntegramente por los alumnos. Para ello, emplearon una impresora 3D con la que fabricaron parte de las piezas. El día de la prueba final, el lanzamiento del pequeño satélite duró cerca de cuatro minutos, alcanzando una altitud de 730 metros . Una distancia que sirvió para recoger con éxito diversos datos que eran el objeto del concurso de la ESA.
El proyecto estaba dividido en dos misiones. En la principal, gracias a la ayuda de varios sensores, se medía la temperatura y la presión atmosférica. En la secundaria, se medían radiaciones ultravioletas , campos magnéticos y niveles de CO2 , se determinaba el punto idóneo de un posible aterrizaje y se retransmitía el lanzamiento por vídeo, ofreciendo los datos de telemetría. Todo este proceso, así como el desarrollo del trabajo, se ha podido seguir a través de una aplicación móvil, que fue desarrollada también por los propios estudiantes.
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