Bosquetes de arces de Montpellier, abejas y sapos para la Sierra del Rincón
Medio Ambiente recupera el Mirador del Puerto de la Puebla, con las mejores vistas de esta reserva para la biosfera
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Madrid tiene rincones. Lugares únicos. Espacios espectaculares que hacen las delicias de cualquiera. Y, además, para uno de sus rincones más singulares también tiene una sierra: la Sierra del Rincón. Un pequeño paraíso, capaz de seducir a la Unesco –desde 2005 es Reserva de la Biosfera –, que conserva una variada paleta biológica con joyas como el Hayedo de Montejo. A este paraje único en Europa se suman extensos robledales y bosques de ribera de sauces, choperas, álamo temblón y alisedas , además de encinares y pinos silvestres.
Un ecosistema protegido en el que la Comunidad de Madrid ha trabajado durante los últimos meses para acondicionarlo y mejorar así la biodiversidad de la que hace gala. Actuaciones que, según sus responsables, han ido ligadas al fomento de la actividad económica y la creación de empleo en los municipios del entorno: La Hiruela; Horcajuelo de la Sierra, Montejo de la Sierra, Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra, que esperan ya, durante la desescalada, a los turistas. «Se está trabajando en la actualidad con el Comité MaB –encargado del Programa sobre el Hombre y la Biosfera– de la Unesco– para la inclusión del municipio de Madarcos », informan a ABC desde el Ejecutivo regional.
Medio Ambiente ha creado una red de estaciones de polinización. Un total de diez nuevos colmenares ubicados en cinco montes de utilidad pública que comparten espacio con varios «hoteles de insectos». «La instalación de los colmenares servirá para proteger a las abejas, insectos libadores que captan el polen y permiten la reproducción de la biodiversidad vegetal y el desarrollo sostenible de la apicultura en la zona», explican desde la consejería que dirige Paloma Martín. El plan ha abarcado la protección de algunas especies de anfibios como el sapo corredor –llamado así por ser el único anuro que no salta– con la recuperación de cinco charcas. También se han recuperado bosquetes de arces de Montpellier para evitar el ramoneado de las reses en las dehesas. «Además de mejorar la biodiversidad, se apuesta por la conservación de los recursos naturales, la educación ambiental , el fomento de la investigación y la creación de empleo en los entornos de la sierra madrileña», apunta Martín.
Asimismo, el Ejecutivo regional, en colaboración con la Federación Madrileña de Caza y diversas asociaciones del sector cine gético, ha construido un majano para rescatar el conejo de monte en la Sierra del Rincón. Una especie a la que, además, se le está haciendo un seguimiento con cámaras de visión nocturna para poder observar la evolución de los ejemplares que ya pueblan este espectacular paraje en el extremo norte de Madrid. «A través de los aprovechamientos forestales, de la caza, de la ganadería y de la agricultura de montaña, se ha demostrado que se conservan mejor los ecosistemas. Que se salvaguardan las especies vegetales y un ejemplo de ello es la zona núcleo de la reserva que es el Hayedo, fruto de los trabajos forestales históricos de la población local», apunta Luis del Olmo, director General de Biodiversidad y Recursos Naturales.
Otras actuaciones han ido encaminadas a apoyar la importante actividad ganadera que atesora la zona condicionada por un clima extremo. En especial, mejorando los senderos por los que transita el ganado en Horcajuelo de la Sierra, Montejo de la Sierra y Prádena del Rincón.
Por último, para «fomentar y apoyar» el uso público de este espacio natural singular, se ha acometido la recuperación del Mirador del Puerto de la Puebla –en plena sierra de Ayllón, a 1636 metros de altitud– y el perfeccionamiento de la señalización de senderos en sus parajes naturales. Con suerte, y si las condiciones climáticas lo permiten, es un lugar idóneo para observar campear a especies como el buitre leonado, el buitre negro y el águila real. Este espacio es el hábitat natural para el águila calzada, el azor, el milano real, el búho real, el cárabo y algunas aves de menor tamaño como el carbonero común y el herrerillo. Jabalíes, corzos, lobos, ciervos y zorros, además de las nutrias de las aguas del río Jarama, se suman a la riqueza de este espacio protegido. Los biólogos han identificado 833 especies de flora, de las cuales 66 son raras, endémicas, catalogadas o amenazadas y 194 especies de vertebrados, de las que 140 comparten esos citados criterios.
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