El besapiés de Jesús de Medinaceli se mantiene, de momento, a pesar del avance del coronavirus
Arzobispado de Madrid espera a la decisión del Ministerio de Sanidad para determinar o no medidas especiales en sus actos litúrgicos
La Consejería de Sanidad indicó este miércoles al Arzobispado de Madrid que tome determinadas precauciones en el besapiés de Jesús de Medinaceli del viernes ante el avance del coronavirus . Así lo informó la Archidiócesis que pidió a los fieles, a través de un comunicado, que no besen el pie a la talla. «El Arzobispado de Madrid pide a los fieles que asistan este fin de semana a los cultos en honor a Jesús de Medinaceli y a Jesús del Gran Poder y a celebraciones similares que se abstengan de besar las tallas –como es tradición– para evitar posibles contagios por coronavirus. Por el momento, siempre conforme a las pautas de las autoridades sanitarias, el resto de los actos programados se mantienen igual», informó. Ayer, las colas en las inmediaciones de la basílica eran menores que de costumbre.
La festividad religiosa, que se celebra de forma extraordinaria cada primer viernes de marzo, congrega a más de 400.000 personas que acuden a venerar la talla del conocido popularmente como Señor de Madrid. De ellas, unas 50.000 pasan por alguno de sus dos pies para besarlos. «Los voluntarios y esclavos de la Archicofradía impedirán el contacto directo. No podrán ni besar ni tocar a la imagen, aunque podrán venerarla de cerca», explicó a ABC Benjamín Medín , provincial de los frailes Capuchinos que custodian la talla y que no recuerdan una situación similar en su historia.
En la basílica seguirá ciertas pautas marcadas por el Ministerio de Sanidad para los espacios religiosos como quitar el agua de las pilas bautismales; dar la comunión en la mano, no en la boca; y evitar que las personas mantengan contacto físico al darse la paz. «El rito de los actos de culto serán los mismos que siempre. Se abrirá el templo la medianoche del jueves hasta que entre el último fiel que quiera venerar al Señor», añadió.
El pasado viernes se celebró el que será el último besapiés hasta que las autoridades dicten lo contrario. Preguntados sobre si entonces se tomó alguna medida extraordinaria en materia de higiene , los frailes explicaron que se «hizo como es costumbre». Es decir, limpiando el pie de la talla con un paño seco después de cada beso. Ahora, apelan a la «responsabilidad»: «Las personas con problemas de salud que no se arriesguen y se queden en casa, por favor», piden desde la Archicofradía.
La imagen se talló en Sevilla en el siglo XVII por encargo de los Duques de Medinaceli y se trasladó a Marruecos para culto de los españoles, concretamente a la plaza fuerte de Mámora. En abril de 1681, fue robada y arrastrada por la calles de Mequinez. Tras ser rescatada un viernes de Cuaresma por los Trinitarios, llegó a Madrid en el verano de 1682 con fama de ser milagrosa. Fue expuesta en una pequeña ermita que se levanta en lo que hoy es la basílica y, en honor de su rescate, se instauró la costumbre de besar el pie del Cristo el primer viernes de marzo. A pesar de que la de mañana es la cita predilecta de los devotos para venerar la talla –por estar a ras de suelo–, se puede besar su pie durante todos los viernes del año.
Un miembro de la Familia Real acudirá, como es tradición, a la cita que atrae a fieles llegados de toda España que, en esta ocasión, solo podrán postrarse a los pies de Jesús. «Si la gente no cumple con la norma, nos veremos obligados a tomar medidas más drásticas», aseguran desde la Archicofradía.
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