Beatriz de Torres: «Tenemos que escuchar y que darle voz a nuestro público, los más pequeños»
La directora de Espacio Abierto, el centro de la Quinta de los Molinos dedicado en exclusiva al ocio y la cultura de niños y adolescentes, desgrana la reapertura de este referente para las familias
La frase que invita a poner «buena cara» ante el «mal tiempo», aunque manida, encaja a la perfección con la esperada reapertura de Espacio Abierto . Un lugar dedicado en exclusiva al ocio y la cultura en familia, en plena Quinta de Los Molinos , que retoma su actividad mañana después de un largo paréntesis forzado por el Covid-19 . No hay buenas noticias en el horizonte, ni en lo sanitario ni en lo meteorológico –el estreno incluye un gran concierto al aire libre amenazado por las lluvias–, pero su directora, Beatriz de Torres , no pierde la sonrisa ni la ilusión por volver.
—¿Cómo se vive la antesala de una programación tan ambiciosa ante un escenario tan pesimista?
—Se vive con muchas ganas. Casi con necesidad. Somos muy conscientes de la situación y de la incertidumbre que tenemos por delante. No es por inconsciencia, pero estamos deseando volver a encontrarnos con la gente, lidiando con lo que haya que lidiar. Creo que es una necesidad para todos.
—¿Es una apuesta más arriesgada por el tipo de público al que se dirigen las actividades?
—Esta hecha con el máximo respeto a nuestro público. Desde aquí lo que hacemos es dar prioridad absoluta a sus necesidades. Tenemos que escuchar y que darle voz a nuestro público, los más pequeños.
—Inciden en que la seguridad estará siempre presente...
—La hemos llevado al extremo. Hemos reducido los aforos más incluso de lo que se nos pide por ley. Vamos a abrir con sosiego, con ganas, con seguridad y responsabilidad. Ese es nuestro nuevo «leitmotiv».
—Hay talleres dedicados a la felicidad, ¿qué receta ofrecéis para alcanzarla?
—El hecho de formar parte de la comunidad del Espacio Abierto es, en sí, la receta que proponemos. La esencia de este centro es el encuentro, escucharse, considerar y cuidarnos unos de otros.
—Un regreso con vocación de convertirse en una «terapia colectiva»...
—Suena bien, sobre todo lo de colectivo... Volvemos con diálogos filosóficos con los que queremos poner a pensar a los más pequeños y adolescentes. Para que saquen algo de esta experiencia tan complicada que han vivido y darles el espacio para que se expresen.
—Se han recuperado los talleres y espectáculos cancelados desde marzo.
—Queremos darle cobertura a las familias que pagaron para ver esos espectáculos. Muchos estaban todos vendidos. También apoyar a los creadores que destinan su esfuerzo y su talento a los niños y adolescentes, que es uno de los pilares de este centro.
—Un programa muy amplio y variado. ¿Alguna joya imprescindible?
—Qué difícil... Tres pinceladas internacionales: Traemos una apuesta de una artista israelí, Maayan Iungman, con un espectáculo delicioso de teatro de objetos; también la compañía de circo francesa Les Colporteurs y la portuguesa do Chapitô, que nos han reservado el estreno en Madrid de su «Hamlet». Del terreno nacional traemos dos clasicazos de las artes escénicas para niños de la mano de La Rous con «¡Pon tu cuerpo a dibujar!» y con un taller de danza de Lasal Teatro.