La azafata de Delicias que rescató de la calle centenares de indigentes
En el año 2000 nace Proyecto Gloria, una ONG que lucha por la rehabilitación y la reinserción social de los más necesitados
En el año 2000 Gloria Iglesias (1951) se acercaba al medio siglo, era azafata de tierra de Iberia y su sueldo le permitía tener una vida cómoda y sin preocupaciones económicas. Sin embargo, le faltaba algo. Desde pequeña, había hecho voluntariado en diferentes asociaciones, cuidando a niños con síndrome de down o que habían sufrido malos tratos. Ese año, cuando volvía a Madrid de un viaje a Lourdes, vio cómo todos aquellos enfermos de SIDA a los que había ayudado durante una semana se quedaban en la calle. No pudo soportarlo. Volvió a sus sueños de juventud y decidió montar su propia ONG: Proyecto Gloria . Ahora vive en un piso con nueve hombres que se están rehabilitando de vidas duras, repletas de violencia, adicciones y desarraigos familiares. Muchos están enfermos. A lo largo de estos 17 años ha salvado a más de 170. No tienen su sangre, pero son sus hijos, su familia.
Gloria me recibe ahí, en su casa, en el barrio madrileño de Delicias . Es un piso humilde, con más camas que mesitas de noche. En su forma de expresarse se destila eso que llaman experiencia vital. Ha llegado a los lugares más oscuros, esos que otros solo conocen por las escenas de Trainspotting, con tal de continuar su misión: salvar a otro hombre, otro más. Al principio compaginaba su trabajo en Iberia con la casa de acogida, después aceptó una prejubilación para dedicarse por completo a ella. Es su vida. Cuando las ayudas sociales empezaron a disminuir, tuvo que echar mano de su ingenio y decidió montar una tienda de muebles de segunda mano, un rastrillo. Ahora tiene dos. Junto a sus chicos recoge muebles por todo Madrid, los restaura y los vende. Lo que haga falta por seguir adelante. No siempre es fácil.
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