Cartas al alcalde
El atasco
Los taxistas viven en la inquietud de que si Madrid Central desaparece, el cogollo del meollo de la ciudad vivirá enseguida el colapso máximo
Ya sabemos que quiere usted la revisión a fondo de Madrid Central , alcalde, e incluso la supresión del invento. Lo que pasa es que ya veremos. Quiero decir que ha llegado usted con mucha cilindrada, pero no se desmonta el tinglado de una noche para la noche siguiente. Los taxistas, que nos escriben mucho, viven en la inquietud de que si Madrid Central desaparece, el cogollo del meollo de la ciudad vivirá enseguida el colapso máximo, porque la Gran Vía quedó muy mona, pero es un embudo. Traigo esta advertencia aquí porque, en efecto, los taxistas llevan un rato de razón. La Gran Vía, en la noche, es un puerto de desembarco.
Aquí llegan los camiones de reparto que no pueden funcionar en el día, desde los comercios recónditos hasta el Primark. La Gran Vía de Carmena ha quedado resultona, y ha reinventado la postal de la Gran Vía, pero es una zona para turistas y taxis, en el día, y para el ajetreo de mercancías, en la noche. Madrid Central le ha dado oxígeno a esa Gran Vía, tan adelgazada de tránsito, más allá o más acá de que los comerciantes humildes no están precisamente contentos con la reforma fastuosa. Ni ellos ni otros vecinos. Pero si Madrid Central pasa al olvido, como parece que es su intención, alcalde, el alegrón de tráfico va a matar la zona, que va a ser la perpetua delicia del atasco infinito . Los que transitan al volante la zona ya ven venir estos riesgos, y seguro que usted también, porque resolver Madrid Central no es sólo cuestión de enviar a cuatro municipales a que retiren las señales preceptivas.
No arriesgaremos que o bien sobra Madrid Central o bien la Gran Vía, pero ahí está el dilema. Están contentos con el anuncio de sus propósitos muchos madrileños, que quieren frecuentar en coche cualquier zona de Madrid, porque pagan impuestos, y porque sí. Ahora toca ver cómo va a lidiar usted este miura doble, porque corregir a Carmena no necesariamente es triunfar. Dicen los del taxi que los atascos pueden ser un espanto. Un récord.