Argüelles, 'kilómetro 0' de la venta de drogas sintéticas en Madrid: cocaína rosa, anfetaminas y mefedrona
La Policía Nacional desmantela el principal punto de sustancias de diseño, en la calle de Altamirano, y desmantela el escondite del cabecilla en Guzmán el Bueno, que apenas tiene 25 años
Hace unas semanas, ABC publicaba el auge de las drogas de diseño en Madrid, con el distrito de Centro como lugar más habitual. Pues bien, la Policía Nacional ha desarticulado el principal punto de venta actual de este tipo de sustancias, extremadamente peligrosas, en la capital. Se encontraba en el barrio de Argüelles.
Ha sido el Grupo de Estupefacientes y Delincuencia Organizada de la comisaría de la calle de Leganitos la que ha dado el último zarpazo. La operación Tarifa arrancó a mediados de septiembre, con la percepción de un repunte de estas drogas en el distrito y la captación de compradores.
Los agentes, en numerosas vigilancias, siguieron a los 'camellos' que se dedicaban de poner en circulación la mercancía por las calles. Siguieron a uno de ellos, que vio cómo se dirigía a una vivienda de la calle de Guzmán el Bueno.
Tras varias 'tronchas' (vigilancias), los policías nacionales observaron al presunto cabecilla entregando un paquete en las inmediaciones de ese piso a su 'machaca'. Eran casi 100 gramos de MDMA. En el registro de Guzmán el Bueno, los agentes hallaron casi 22.000 euros euros en metálico, sustancias para la adulteración y corte, una báscula de presisión y un molinillo automático. Pero no había droga.
Cuaderno con clientes y contabilidad
Así que los investigadores sospecharon que se guardaba en una caleta o piso franco. Y así es como dieron con el escondite de la calle de Altamirano. El segundo arrestado escondía allí metanfetamina, mefedrona, cocaína rosa, ketamina, éxtasis, MDMA y cocaína. Además, se intervino otra báscula de precisión y un cuaderno con anotaciones manuscritas, con su listado de clientes, de cantidades de mercancía vendida y los precios de las ventas.
Ambos encartados son españoles de 25 años. El jefe tiene un antecedente policial en 2017 por delito contra la salud pública. Su 'machaca' carecía de ellos.
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