Belén Hermida, decano del COAM

«Hay áreas como el eje desde Atocha a las Cuatro Torres hacia donde tenemos que mirar»

Desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid trabajan ya con el Ayuntamento para «acortar los periodos de concesión de licencias»

Belén Hermida, en su despacho del COAM GUILLERMO NAVARRO

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La decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) asegura que va a organizar «reuniones periódicas y en grupos pequeños» para hablar directamente con los 10.000 arquitectos colegiados en Madrid: «Quierodialogar con ellos, conocer sus inquietudes». A las instituciones, les ofrece el plan «Repensar Madrid», para dibujar cómo deberá ser la ciudad en el 2050.

–Dicen que es una decana atípica.

–Sí. No soy un perfil político ni tampoco quiero serlo. Creo en el COAM como institución profesional y voy hacer un gran esfuerzo porque así sea. La base de mi educación es científica; me convencen los datos por encima de las opiniones. Esta forma de entender la gestión del COAM marca la diferencia respecto a mis predecesores.

–¿Cuál es el estado de la profesión?

–Estamos trabajando para impulsar el Proyecto Atlas, que surge cuando se cumplen los 20 años de la Ley de Ordenación de la Edificación y 15 de la crisis que ha golpeado tan duramente nuestro sector. Atlas pretende hacer un retrato real del estado de nuestra profesión. Se desarrollarán conferencias, reuniones, debates y talleres, que culminarán con una gran exposición en octubre del 2020, seguramente como parte del programa de la Semana de la Arquitectura.

–¿Se arrastra aún el efecto de la crisis?

–Sí, pero en la arquitectura como en otras profesiones, como también en la propia sociedad. Pero los arquitectos tenemos una gran capacidad para reinventarnos. Los cambios a los que nos enfrentamos no son exclusivos de nuestra profesión; son demográficos –de crecimiento, multiculturalidad–, tecnológicos –la irrupción de las nuevas tecnologías– y medioambientales.

–¿Ha seguido la polémica que señala que Rocío Monasterio pudo firmar proyectos antes de ser arquitecta? 

–Siempre sigo los asuntos de actualidad. Es un tema que, por la dimensión política de la afectada, ha trascendido a la prensa, pero su caso no es único; hay otros que no tienen la misma difusión. Como decano debo mantenerme al margen; es la Comisión de Deontología la que interviene.

–¿Cómo van a celebrar los 90 años del COAM, que se cumplen ahora?

–Con una gran celebración. Hace menos de tres meses hemos hecho entrega de las medallas a los colegiados que cumplían 25, 50 y 60 años de colegiación. De estos últimos, algunos tienen la edad del Colegio; son nuestra memoria histórica. No podemos por menos que rendirles homenaje.

–En campaña hablaba de un plan estratégico, ¿cómo va?

–Para mí, lo más importante del Colegio es poner en valor la inteligencia colectiva de los arquitectos de Madrid, que es mucha, y proponer ideas para Madrid; en eso estamos trabajando. Este plan estratégico implica mirar hacia dentro en la institución para optimizar la gestión, y mejorar y mucho la comunicación: me interesan las opiniones de todos, las puertas de mi oficina están abiertas para todos, no sólo para los que suelen venir. Los 10.000 que están colegiados, pero también los 10.000 que no lo están.

–¿Sigue habiendo grandes retrasos en la concesión de licencias?

–Es otra de nuestras prioridades, y también lo es para la Administración. Las administraciones públicas entienden que el retraso en las licencias retrasa la inversión de la ciudad. No le voy a decir lo que piensa del retraso el sector inmobiliario. Hemos creado un equipo de arquitectos expertos y estamos trabajando ya con el Ayuntamiento para la homogeneización de los procesos y acortar los periodos de concesión de licencias.

–En su programa proponía «un colegio fuerte, un urbanismo avanzado».

–Uno de los proyectos más importantes que tenemos es el que llamamos Repensar Madrid; El Madrid de 2050, porque las actuaciones a escala de la ciudad se verán dentro de 30 años. Estamos organizando, para empezar en la segunda parte del año, una colaboración con profesionales, pero también con las universidades, para generar ideas para Madrid.

–Ante operaciones como las Cocheras Cuatro Caminos, Canalejas o Torres de Colón... ¿qué opina de la conservación del patrimonio arquitectónico del siglo XX?

–Una de las primeras cosas que hemos hecho es ponernos a disposición de la Dirección General de Patrimonio, precisamente para tratar ese tema. Todo el mundo sabe cómo valorar una iglesia gótica, pero el patrimonio del siglo XX ni es tan conocido ni está tan valorado por la ciudadanía y por los propietarios. En el caso de las Torres de Colón, la Dirección General de Patrimonio ya se pronunció en su día, tiene todos los permisos otorgados por el Ayuntamiento; es un proyecto que está saliendo adelante. Poco puedo decir yo desde el Colegio que no se haya dicho.

–¿Qué le parece Madrid?

–Personalmente, me gusta muchísimo. Tengo a compañeros de los cinco continentes que pasan por Madrid y me hablan de la calidad del espacio público de la ciudad, del carácter de los madrileños, de Madrid Río, que es un parque excepcional que se estudia en todas las escuelas de arquitectura del mundo... Una ciudad donde también queda mucho por hacer: hay áreas como el eje de la Castellana, desde Atocha hasta las Cuatro Torres, que es hacia donde tenemos que mirar ahora. Madrid tiene un enorme potencial.

–¿Qué mensaje envía a los colegiados?

–Tenemos un objetivo principal: contar con todos los arquitectos; quiero dialogar con ellos, saber lo que piensa la mayoría. Esto va a suponer reuniones periódicas, en pequeños grupos; vamos a empezar con ello de manera inmediata. Les animo a participar.

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