Aravaca se suma a la cacerolada contra Sánchez con una convocatoria multitudinaria

Al grito de «¡Libertad!», más de un centenar de personas han salido a la calle esta tarde en el barrio madrileño de Aravaca (distrito Moncloa-Aravaca) para protestar contra la gestión de la crisis sanitaria del Gobierno de la Nación y pedir la dimisión de Pedro Sánchez . Envueltos con las banderas de España, que tambien adornaban los paraguas y las mascarillas, y al son de las cacerolas, los manifestantes se han reunido en la glorieta de Acamar, desobedeciendo las medidas de seguridad establecidas por el Ministerio de Sanidad.

«Han empezado en Madrid. ¡Vamos a apoyarles desde aquí!», anunciaba la convocatoria que ha circulado por Whatsapp este miércoles. Pedían, además, que todos cumplieran con las medidas de seguridad : llevar mascarillas y guantes y mantener la distancia interpersonal. Unas precauciones que, según las imágenes, no se han seguido al pie de la letra.

En las últimas semanas, a las 21 horas, las caceloradas contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez se han reproducido en los balcones de todo el país y en la capital. Los distritos de Chamberí y Chamartín también se han unido a la protesta, así como en Pinar de Chamartín, donde los ciudadanos se han reunido en la calle Caleruega. Las mayores aglomeraciones se han producido en el barrio de Salamanca, en la calle de Núñez de Balboa ; es el tercer día que la manifestación toma las aceras.

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís , ha asegurado este miércoles que «una protesta siempre será legítima cuando no contravenga la ley», al ser requerida por la cacerolada en la calle Núñez de Balboa. «Soy liberal y lo aplico», ha manifestado en una entrevista radiofónica recogida por Europa Press, donde ha añadido que «la protesta siempre y cuando se haga cumpliendo con las normas de seguridad» le parece «bien».

Por su parte, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, opina que las caceroladas, «en caso de que se quieran hacer, hay que hacerlas cumpliendo el estado de alarma», y defiende que «es una forma de protesta pacífica que inauguró la cacerolada contra el Rey». «Parece mentira que ahora la nieguen a otros», ha apuntado.