Cartas al alcalde
Sanciones
Está bien que se sancione a quien no respeta el reglamento circulatorio, pero no puede sancionarse a quienes ignoran la normativa
Está la ciudad dividida en dos asuntos en los que ya insistimos aquí, en varios momentos. Por un lado, el peatonaje que se queja, y con razón, de un aluvión de multas a propósito de Madrid Central . Y por el otro lado, la iniciativa del Ayuntamiento de ejercer, al fin, contra los pisos turísticos que prosperan en la ilegalidad. Y no son pocos. A ver, alcalde, sinceramente, lo de las multas hay que mirarlo en serio. Está bien que se sancione a quien no respeta el reglamento circulatorio, pero no puede sancionarse a quienes ignoran la normativa, porque resulta que la gente, que es ya gentío, en este caso, ha sido multada sin ser informada a su tiempo de las novedades de circulación, o estacionamiento.
O sea, que es gente vecina de calles donde rige Madrid Central, pero no fueron enterados a tiempo de cómo podían recibir visitas concertadas, por ejemplo, o de cómo se iba a cambiar el modo de informar a la administración de que iba a visitarle en coche un hijo, o un hermano. La gente cumple por lo general, alcalde, pero tiene que saber cual es la ley en vigor. Y a menudo la ley nueva, o renovada, no se ha comunicado. Por otra punta de la ciudad, que a menudo es la misma punta, o sea, el meollo del cogollo del bollo de la city, que decía Umbral , va usted poniendo en marcha medidas concretas contra el jaleo de los pisos turísticos. Sol, alcalde, es un enjambre de hostales más o menos encubiertos, y lo grave, con serlo, no es lo ilegal de esta industria sino el éxodo de los vecinos, que acaban hartos del guateque sin horarios de todo piso turístico.
Un éxodo inevitable y también un éxodo forzado. Esto acabará convirtiendo el centro magnífico de la ciudad en un parque de atracciones de tribus de tránsito que vienen a estudiar un rato a la capital, o que vienen hacer el Madrid la nuit, pero sin salir de casa, que es un escueto apartamento alquilado. Vamos perdiendo vecinos, mientras ganamos en pasajeros de pizza a deshoras y juerga a la hora de la madrugada del mediodía. Aquí sí que proceden las sanciones.