Cartas al alcalde

Halloween

Se ha celebrado «Halloween» durante varios días, o noches, como si fuera la Verbena de la Paloma, pero con mucha novia de Frankenstein a bordo de unos escotes saludables como cosechas

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Escribo en las vísperas de después de «Halloween», esa fiesta extranjera, que aquí ya viene pillando mucho auge, cruzando la tontuna de esnobismo, o al contrario. Ya ve usted, alcalde, qué nos importa aquí una noche de brujas a fecha fija, según el calendario de tradición anglosajona, o norteamericana, que es de donde viene el show. Noche de brujas tenemos muchas, o demasiadas , sólo hay que acercarse a un cóctel madrileño, aunque ahora hay poco cóctel, o ninguno. Nos ha dado por celebrar «Halloween», como si fuera San Isidro. Es imposible glosar el guateque completo de brujas y vampiros que se ha montado en las redes, famosos incluidos. Porque como no se puede salir por ahí, a airear el disfraz de harapo, pues la gente se da una vuelta por instagram, que no es la intemperie, pero casi.

Se ha celebrado «Halloween» durante varios días, o noches, como si fuera la Verbena de la Paloma, pero con mucha novia de Frankenstein a bordo de unos escotes saludables como cosechas. El álbum nutrido de disfrazados va a durar algún rato más. Yo veo que a los particulares les pasa lo mismo que a los famosos: les gusta salir muy fastuosos de lámina, y muy masajeados de photoshop, incluso, porque el disfraz es la noticia de los días que no hay noticia. Como ahora hay poco tajo laboral, pues vas y te disfrazas de esqueleto y tienes un cromo seguro de empleado sin empleo. Ya son ganas de salir hecho una braga, pero entre salir en la foto hecho una braga, y no salir, mejor salir. Aquí ya tenemos, prácticamente a diario, noches de brujas, y celebramos el día de los difuntos, tan nuestro, con recogimiento y un ramo de rosas de silencio. Hemos ido al cementerio, pero sin ir, por el coronavirus, pero nos disfrazamos para el mundo, desde las redes sociales, que llegan tan lejos, sin salir de casa.

Le hemos pillados gusto a esto de «Halloween», quizá porque nos gusta el carnaval en horas extra, cuando no hay tiempo de carnavales. Yo lo de «Halloween» no lo entiendo, alcalde, pero el gentío se sube a las tradiciones enseguida, siempre que sean tradiciones ajenas, y en inglés. No tenemos bastante susto con el coronavirus, y nos ponemos el disfraz de bruja . Pero el disfraz de bruja propiamente dicha, y no el de bruja de ir al Palace. Que es lo nuestro.

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