Cartas al alcalde

Compro oro

Lo que enseguida viene en Madrid es una crisis de tesorerías y luego la reforma de la Puerta del Sol, si nada se tuerce

Puerta del Sol Maya Balanyà

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Lo que enseguida viene en Madrid es una crisis de tesorerías y luego la reforma de la Puerta del Sol , si nada se tuerce. Lo de la crisis de tesorerías es que vamos a ser millonarios en pobres, y lo de la Puerta del Sol es que va en curso el proyecto de hacer el sitio peatonal, y reordenar con gusto y criterio el mobiliario. Si cruzamos las dos cosas, la falta de billete y la reforma de la Plaza, nos sale un tipo alegre que lleva el cartel de «Compro oro», como capa. El tipo promocional de «Compro oro» es un zagal clásico de la Puerta del Sol, y ahí convive con una tropa de exótico disfraz, desde un torero a Mickey Mouse, o Charlot, que viven de animar a bulto el selfie de los turistas.

El tipo alegre de «Compro oro» es un anuncio en vivo mozo de las casas de empeño, que son un clásico de esa zona, como las loteras, cuando toca. Traigo todo esto aquí, alcalde, porque los empeños viven un momento de gran auge , en la ciudad, y entiendo que los hombres de anuncio van a estar en la Puerta del Sol tan animosamente como siempre. Pero, ¿hasta cuándo? Quiero decir que no sé si el hombre anuncio, que es la musa macho del «Compro oro», va a tener su esquina de libertad, ahí en la nueva Puerta del Sol cuando la Puerta del Sol sea un lugar de aseada reforma, donde incluso se va a quitar la cúpula de cristal de entrada al Metro. Sabemos que no es posible arriesgar en el sitio un arbolado, porque no hay tierra bajo el hormigón célebre del lugar, y también sabemos que a los quioscos de prensa , tan históricos e insomnes, no se les dará matarile sino un lugar semejante al de hoy. Pues muy bien.

Pero, ¿y el hombre de «Compro oro»? ¿Qué va a pasar con el señor de spot de «Compro oro», que a veces no es un señor, sino varios? Está, este hombre, entre la reliquia castiza y el monumento transeúnte, y yo creo que debiera quedarse ahí, con su capa de cartón, con su simpatía de galancito, con su alegría de tipo que se aburre mucho, aunque la zona se anime de valquirias de alquiler turístico. Y ya puestos, alcalde, ¿qué se hará de la tropa casi hermana del hombre de «Compro oro», esos títeres del selfie ?

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