Cartas al alcalde

Botellón

Hasta confeti hubo, entre cretinos de ocio y chavalas de efervescencia que saludaban a la tele con una injuria

Dos hombres celebra, cerveza en mano, el final del estado de alarma en la Puerta del Sol GUILLERMO NAVARRO
Ángel Antonio Herrera

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El botellón es lujuria muy nuestra, alcalde, muy nuestra, y muy de franja horaria, porque se aúpa en la noche, y la practica la muchachada en flor de poca edad. De modo que el botellón nos estaba esperando a todos, ahí en la hora justa del levantamiento del toque de queda, que en la Puerta del Sol se vivió como una Nochevieja caída en mayo. Hasta confeti hubo, entre cretinos de ocio y chavalas de efervescencia que saludaban a la tele con una injuria. Nos esperaba a todos, el botellón, porque estos imberbes igual nos traen mayor mal a todos , que estamos hasta el moño de la mascarilla de todas las obediencias. Es un tópico insistir en que esas imágenes del botellón, y otras parecidas, nos traen el escalofrío, porque hoy en Madrid la discoteca y el hospital pueden quedar cerca, en cualquier momento.

Es un tópico, pero hay que escribirlo. Cuesta trabajo proponer que hay que acabar ya con el botellón, porque el botellón es una alegría, e incluso una alegría perdida, pero estamos hablando, en rigor, de un peligro, y no de una fiesta. Conviene echarle un freno a este plan del botellón porque sí, brincando la pandemia. Estamos en las vísperas de después del desmadre, y en las vísperas propiamente dichas de otro desmadre previsible, el de San Isidro, en este fin de semana, y eso usted lo sabe bien, que ya se prepara para aliviar a Madrid de esta ruta del bakalao que se viene reinventado.

Hay que embridar el cachondeo , y echo aquí la palabra, cachondeo, porque es lo que hay, y porque usted mismo la ha usado, para aludir al Gobierno de Sánchez. Aquí va el recordatorio: «Es un cachondeo que el mismo Gobierno de Pedro Sánchez dijera hace tres semanas que decaía el estado de alarma y ahora, dos días después, diga a las comunidades que si quieren que lo pidan». Razón lleva usted, alcalde, jefe. Pero a ese cachondeo del Gobierno se anuda ahora este otro cachondeo de ir a la toma de la Puerta del Sol, que queda en cualquier plaza, con unos litros de calimocho y un entusiasmo digno de causas no tontilocas.

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