Agresión racista y sexista en Metro de Madrid: «Tú, panchita; tú, fea»
La discusión comenzó después de que la mujer, con un bebé, le pidiese que le cediese el asiento, algo que no sentó bien al hombre
Una señora entra al Metro con un bebé y pide, por favor, que le cedan el asiento . Lo que debería ser un acto de educación y respeto, se convirtió en la lamentable agresión racista y, posteriormente, sexista que se vivió el pasado 21 de septiembre en el suburbano madrileño . Lluis Mosquera, uno de los testigos, lo ha narrado ahora por Twitter. «La señora era colombiana y el señor, un energúmeno», escribe el joven en redes sociales, al principio de su relato. Al hombre, según cuenta Lluis, aunque terminó haciéndolo, no le pareció bien tener que ceder el sitio solo «porque la gente estaba mirándole un poco mal».
Una señora con un bebé le ha pedido a un señor de mediana edad que le ceda el asiento. Era un asiento de los reservados para señoras con bebé así que todo bien. La señora era colombiana y el señor un energúmeno maleducado.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Al parecer al “señor” no le parecía bien ceder el asiento. Aún así, lo ha hecho. A regañadientes, claro. Le ha cedido el asiento porque la gente estaba mirándole un poco mal. Él no se lo pensaba ceder, supongo.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
El metro estaba a tope. Yo estaba en la siguiente puerta de donde estaba pasando todo. Este hecho ahora da igual, pero en lo que viene a continuación entenderéis por que ha sido frustrante estar tan cerca como para enterarme de todo pero tan lejos como para no poder intervenir.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
« Panchita » fue el calificativo que el señor utilizó contra la mujer tras levantarse. Mostró indignación por tener que levantarse para que se sentase una «sudamericana» cuando él « lleva pagando muchos años estos asientos ». Tras escuchar sus insultos, la mujer le pidió, «de forma muy educada», que se callase. Lejos de calmar al hombre, esto lo enfadó aún más. Empezó a gritar «lo español que él era y lo injusto que era tener que ceder el asiento a una panchita».
El caso es que el señor ha seguido hablando en voz “baja” sobre lo mal que le parecía tener que cederle el asiento a “una panchita”. Porque él lleva pagando muchos años esos asientos. Yo no sabía que los señores maleducados pagan los asientos del metro.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Un poco avergonzada, la mujer le ha pedido que callase. De muy buenas formas. Pero eso solo ha servido para encender más la llama. El señor repugnante estaba esperando ese momento para gritar lo español que era y lo injusto que era tener que ceder su asiento a “una panchita”.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Los viajeros recriminaron al señor su actitud. Todos menos una persona: su amigo, que no tardó en sumarse al «circo» y apoyarle. « Tenía muy mala pinta », continúa el relato del joven. Parecía el típico con el que «no te gustaría cruzarte volviendo a casa solo un sábado por la noche». Fue en ese momento cuando comenzaron los empujones en el vagón.
Lo siguiente que ha pasado ha sido esperanzador. Casi toda la gente del metro ha increpado al señor y le ha pedido que se calle. Hasta los que estábamos lejos. Pero esto ha hecho aparecer un nuevo personaje en la historia: el amigo del señor.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Resulta que el señor no iba solo. Iba con un amigo que tenía mucha peor pinta que él. El típico que no te gustaría cruzarte volviendo solo a casa un sábado por la noche. Sintiéndose amenazado, el señor agresivo se ha puesto medio a empujar a gente, incluso.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Todo esto pasó en un convoy abarrotado de gente . Hasta que los señores se dieron cuenta de que una de las personas que les recriminaba era, también, «panchito». Según relata Lluis, «como era un hombre, y a los hombres se les puede pegar, empezó a hacerlo». Tan solo una persona del vagón fue capaz de dejar callado, por un instante, al agresor racista: una joven de 20 años .
En mitad de toda esta tensión, resulta que el señor número uno se ha dado cuenta de que uno de los que le estaban diciendo cosas, justo a su lado, era también sudamericano.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Pero este era un hombre. A los hombres se les puede pegar. Y eso ha hecho.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Por cierto, la señora del bebé llevaba un rato callada. Muerta de la vergüenza.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Y en mitad de lo que iba a ser una pelea racista y claustrofóbica… una chica de unos veinte años ha dado cuatro gritos. Pero cuatro, no han hecho falta más. Y lo ha resuelto todo.
La chica no era alta ni gafa, llevaba gafas y el pelo rubio recogido en una coleta. Parecía más vergonzosa que extrovertida. Pero se atrevió a plantarle cara y a decir en alto lo que todos pensaban: «Que si basta, que si no les da vergüenza... Todo con firmeza y buenas palabras». Hasta que llegó el insulto sexista . «Fea», le espetó el hombre.
Ha dicho lo que hay que decir. Que basta ya, que si no les da vergüenza… quiero pensar que si me leéis es por que más o menos os podéis imaginar lo que ha dicho la chica. Con firmeza, rabia (casi impotencia) y muy buenas palabras. Hasta que no.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
- Fea.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
«Me da igual estar fea. No he salido a la calle para gustarte a ti», rebatió la joven. El señor no supo qué contestar. Perdió «la batalla dialéctica» contra la chica. Su amigo realizó entonces un gesto amenazante . Fue entonces, cuando el hombre sudamericano que se había enfrentado a él al principio de la historia, volvió a escena. «¿A ella le vas a pegar ? Es una chica?», fue su «inteligente» comentario.
- Me da igual estar fea. No he salido a la calle para gustarte a ti.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Rabioso por una batalla dialéctica en la que los dos señores sin educación no tenían (evidentemente) nada que hacer, el señor más agresivo ha hecho un gesto amenazante hacia la chica.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Y ahora viene lo que, lamentablemente, más grave me parece de toda la historia.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
El señor sudamericano que casi se pelea con el otro, aún estando “de parte” de la chica ha gritado lo siguiente:
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
¿LE VAS A PEGAR A ELLA?
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
ES
UNA
CHICA.
Según Lluis, no lo hizo en «tono protector para ayudar a la chica, sino para ofender la supuesta hombría del agresivo». Tampoco quería una respuesta, aunque sí «pelea. Y las peleas son de chicos». El viaje en Metro terminó y los protagonistas se bajaron en su parada. Lluis concluye admirando la actitud de la chica que se atrevió a plantarles cara: «Ha sido cien veces más valiente que yo ».
No lo ha dicho en un tono protector. No quería ayudar a la chica. Quería ofender la supuesta hombría del agresivo. Aunque la chica se valía de sobra por sí misma para ello y lo había hecho perfectamente ya.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
No quería la razón, ni el diálogo. Ni siquiera la respuesta a su pregunta de mierda. Quería la pelea. Y las peleas son de chicos.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
El metro ha parado y todos hemos bajado en la misma parada. Por fin me he podido acercar a la chica y casi me he disculpado yo por lo que ha tenido que vivir. No sabía cómo ayudarla desde lejos. Estaba flipando. No sabía cómo expresar mi empatía. Pero quería ayudar.
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
Y me planteo: En una lucha en la que todo se ha resuelto gracias a una mujer harta de estar callada delante de una injusticia, ¿cómo alguien en el “mismo bando” tiene la (poca) vergüenza de intentar ningunearla por una cuestión de género?
— Lluis Mosquera 🏳️🌈 (@tazodemew) 21 de septiembre de 2018
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