«¡Abridme, que me quemo!»: el infierno que desató un reo peligroso para salir de su celda de castigo

El personal tuvo que evacuar el módulo de asilamiento. Ocurrió el domingo en el centro penitenciario Madrid IV

Imagen de archivo de una prisión española ABC

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Un recluso peligroso , con un largo historial de altercados en prisión, protagonizó el hasta ahora penúltimo incidente, esta vez el pasado domingo en la prisión Madrid IV ( Navalcarnero ). Prendió fuego a su celda, se cree que con cerillas o algún mechero que logró ocultar, y los funcionarios tuvieron que evacuar a toda prisa a todo el módulo de aislamiento. Los tres resultaron intoxicados por el humo, denuncia CSIF-Madrid. Por suerte están bien y no hubo que lamentar males mayores.

El autor del incidente es un ciudadano dominicano que llevaba recluido varios días en una celda de castigo por su pésimo comportamiento. No se sabe aún cómo se las apañó para prender fuego a su colchón que arde lentamente. Eran aproximadamente las 11.45 horas cuando los gritos de otros presos y los del propio dominicano que pedía socorro y exclamaba : «¡Abridme, que me quemo!», alertaron a los funcionarios. Cautelosos, pues algunos reos utilizan todo tipo de tretas para que les abran la puerta del «chabolo» y agredirles después con cualquier objeto, se acercaron, intentando no caer en la trampa.

Mientras franqueaban la puerta blindada, que es corredera, se intensificaba sensiblemente el olor a quemado al estar abierta de par en par. A continuación, se toparon con la segunda que tiene un ventanuco pequeño con rejas. Entonces, echó mano del extintor de incendios que vació en la celda de autor del fuego.

La densa humareda negra se había propagado ya en escasos minutos por toda la zona, c onvirtiendo el ambiente en irrespirable , hasta el punto de que los operarios tuvieron que trasladar a los patios que estaban libres a toda velocidad al resto de los internos con el fin de que no resultaran intoxicados. Hubo alguno, pero de carácter leve. Según fuentes de CSIF-Madrid, los tres funcionarios que inhalaron el humo tóxico han presentado parte de lesiones por principio de intoxicación, aunque su estado no reviste gravedad alguna.

El sindicato ha subrayado que otra vez ha quedado acreditada «la peligrosidad del medio en el que se desenvuelven los trabajadores penitenciarios y la profesionalidad que demuestran ».

El interno permanecía en una celda de aislamiento al estar clasificado, según el artículo 75.1 del Reglamento Penitenciario, por una pelea que tuvo días atrás en el módulo 6. Ya en aislamiento había protagonizado varios incidentes. Tres días antes del incendio, fingió que se había desmayado para que le ingresaran en la enfermería: tras trasladarle en camilla a toda prisa, se constató que no le pasaba nada. Temía represalias de otro reo y quería quitarse de enmedio.

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