Abogado de vocación hasta el último día

Escribo estas líneas para dar testimonio del drama personal que ha significado la pérdida de mi querido esposo José María Varo Capote por el inmisericorde y despiadado coronavirus.

José María nació en 1941 en Madrid, abogado de profesión y vocación hasta el último día. El amor nos unió durante diecinueve años en un matrimonio tan intenso que se prolongará en la eternidad. Perduren como recuerdo vivo y emocionado estas palabras que escribí con el corazón dolorido a modo de elegía:

José Mari, te has ido tan rápido y silencioso como cuando viniste a mi vida para enamorarme perdidamente hace 19 años. Hemos sido muy felices juntos. Han sido años muy intensos, en los que hemos sido marido y mujer, compañeros de trabajo, de juegos, de viajes, de risas, de alegrías, y también de momentos duros y difíciles, pero siempre superados con el don de tu tranquilidad y sabiduría. «Tranquila Concha, habrá solución», me susurrabas dulcemente. Y sí, siempre había solución. Yo, una polvorilla, y tú, mi balsa de aceite, la compenetración era absoluta . No hacía falta hablar, nos mirábamos y nos entendíamos.

Buen amigo de tus amigos, con palabras amables y complacientes para todos, generoso, servicial, buen padre y abuelo. Estábamos seguros después de seis semanas de haber vencido a este bicho invisible que asaltó nuestro hogar y haberlo vencido en el mismo, sin hospital, no nos hizo falta. Las pruebas médicas posteriores así lo constataron. Lentamente reiniciaste el trabajo en nuestro despacho de la calle Alberto Aguilera y, de repente, te vas en un desmayo entre mis brazos en tan solo cinco minutos. El covid-19 te dejó sin aire y, silenciosamente, sin vida. Te sigo sintiendo muy cerca. Me sigues dando esa paz y tranquilidad de siempre. Y, a pesar de que no estés físicamente, me encuentro segura. Espero nuestro reencuentro mi vida.

Te quiero. Concha.

José María Varo Capote falleció en Madrid el 13 abril de 2020