Abandono total del Arco de la Victoria: destrozos, botellón, orines y grafitis

La Consejería de Transportes, responsable de su mantenimiento, pretende reabrir las negociaciones para ceder el espacio al Ayuntamiento

El Arco de la Victoria, frente al mirador de Moncloa MAYA BALANYA

Cris de Quiroga

En la entrada oeste de la capital, bajo cuatro caballos que tiran, a cincuenta metros de altura, del carro de la diosa Minerva, se acumula la basura. Cartones de vino y botellas de ron aún sin acabar, pilas, latas, vasos de plástico y cristales rotos se extienden a los pies del Arco de la Victoria de Moncloa , decorado con grafitis, desperdicios y adoquines rotos. Un contenedor, una silla, una escoba y un par de puertas —una de ellas, convertida por algún patinador en una rampa improvisada— completan el paisaje y yacen, abandonadas a su suerte, en el monumento, también olvidado.

«Es una pena que esté así, solo hay tres en Europa», comenta un hombre rumano, que compara el arco con sus homólogos de París y Bucarest. El régimen franquista , artífice de su construcción, erigió el monumento en 1956 para homenajear la victoria de sus tropas en la Guerra Civil. Quizá por eso nadie acondiciona el lugar, que pertenece al Consorcio Urbanístico de la Ciudad Universitaria , formado por las tres universidades que moran en la zona: la Complutense, la Politécnica y la Nacional de Educación a Distancia (UNED). «Es una ruina», critica este hombre, que reside desde hace 20 años en España y trabaja cerca del arco triunfal. Según él, se limpia «de vez en cuando», pero la suciedad no desaparece.

Una de las puertas selladas del monumento M. B.

Esta falta de cuidado y limpieza contagia a las inmediaciones del gran arco , que también son propiedad del consorcio universitario. Justo detrás de la cuadriga divina, en el mirador de Moncloa , un par de chicas comentan, sorprendidas, «el olor a pis y marihuana» que invade la plaza sobre el intercambiador subterráneo. «Es una asquerosidad», lamenta un anciano vecino del barrio, quien relata que muchas personas acuden ahí a orinar y, al estar elevado, el líquido corre hacia abajo y desemboca en la acera. Las pintadas también invaden las losas del mirador, donde varios bancos han sido arrancados y, una de las esquinas, asediada por excrementos de paloma. «Está falto de vigilancia, cuidado y limpieza», zanja este hombre, casi octogenario.

Cuando cae el sol, los jóvenes acuden a beber al mirador, aseguran Ángel y Daniel, de 18 y 20 años. Están acostumbrados a los botellones en la plaza y en la isleta de la Victoria —los vigilantes privados alertan a la Policía Municipal cuando advierte estas concentraciones—, cuyos restos permanecen a la mañana siguiente. Además, conocen a algunos sintecho que suelen dormir ahí. «Vienen con sus petates y sus litronas, y hacen pis», explican.

El deterioro de los alrededores del Arco de la Victoria de Moncloa M. B.

Y el deterioro se extiende más allá. Los grafitis adornan el puente que lleva al Faro de Moncloa y en los jardines descansan las sobras de algún que otro botellón. Frente al Museo de América , una escultura de Vasco Núñez de Balboa, bañada en pintadas, preside un estanque seco, rodeado por los desperdicios. «La zona está abandonada desde hace años», critica una anciana.

Plaza municipal

Desde 2006, el responsable de cuidar del Arco de la Victoria es el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad de Madrid. La Complutense cedió el uso de la parcela para que se construyera, bajo sus cimientos, una ampliación del intercambiador de autobuses de Moncloa. Dicho convenio sigue vigente y, cada tres meses, la concesionaria del intercambiador se encarga de limpiar el monumento, cuyo futuro se ha discutido en varias ocasiones. De hecho, según ha podido saber ABC, la Consejería de Transportes pretende « reabrir las negociaciones para la cesión [del Arco y su entorno] al Ayuntamiento de Madrid».

Basura en el entorno del Arco de la Victoria M. B.

El convenio firmado hace más de una década con la Complutense ya contemplaba esta posibilidad. «No tiene sentido que el Consorcio asuma competencias de ámbito municipal», insisten desde la Comunidad. Mientras tanto, el mantenimiento del arco es «ruinoso» , según fuentes universitarias, que culpan a «los patinadores que levantan los adoquines».

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