Los 62 milagros de San Isidro, en la reedición de un códice del siglo XIII
El original se trasladó, entre fuertes medidas de seguridad, para ser escaneado
Un manuscrito del siglo XIII, escrito en pergamino, en 28 folios de 30 centímetros de alto por 20 de ancho, resume los 61 milagros de San Isidro, a los que se unió otro en 1426. La autoría de este códice aún se discute, aunque muchos eruditos ven tras él la mano de Juan, diácono en la iglesia de Santa María de la Almudena. La obra se reedita ahora, con motivo del Año Santo Jubilar por los 400 años de la canonización de San Isidro, de la mano del Instituto de Estudios Madrileños (IEM) y con transcripción, traducción y estudio codicológico de Tomás Puñal Fernández, doctor en Geografía e Historia y miembro del IEM.
Un acto solemne tendrá lugar esta tarde en la Sala Capitular de la Catedral de La Almudena para presentar esta reedición del Códice, que se completa con el facsímil del valioso documento. Participarán en el evento el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro , el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida , y el deán de la catedral, Jorge Ávila , junto con la presidenta del IEM, María Teresa Fernández Talaya.
Precisamente fue este Instituto quien se planteó sumarse a los actos por el Año Jubilar de San Isidro organizando un ciclo de conferencias y editando nuevamente el conocido códice de los milagros.
Las conferencias, diez en total, fueron impartidas por miembros del Instituto Madrileño a lo largo de los meses de abril, mayo y junio en el Museo de San Isidro. Después, llegó la hora de reactualizar la edición del Códice, una obra escrita físicamente, según los expertos, por dos escribas diferentes, pero a partir del trabajo intelectual de un único autor. La polémica sobre quién fue este se extiende hasta nuestros días: Juan, diácono de Santa María de la Almudena y luego arcipreste de Madrid; o Juan Gil de Zamora, preceptor del Infante Don Sancho hijo de Alfonso X y futuro rey Sancho IV.
En su interior, la relación de milagros de San Isidro: consiguió que subiera el nivel del agua de un pozo en el que había caído su hijo, salvándole así la vida ; rezaba mientras sus bueyes araban la tierra ; hizo brotar la fuente del lugar donde ahora está su ermita; consiguió que se llenara de nuevo el saco de grano cuyo contenido había ido compartiendo con los pájaros durante una fuerte helada...
El trabajo sobre el códice se le encargó a Tomás Puñal. Y ello dio lugar a una operación en la que el trabajo riguroso y concienzudo ha estado aderezado también con un poco de emoción : el manuscrito original de los milagros se custodia en el Museo de la Catedral de la Almudena.
Traslado
Y para poder trabajar con él, con vistas a realizar una edición crítica y comentada, fue necesario que el Arzobispado cediera el documento. Que fue trasladado, en medio de fuertes medidas de seguridad, al Cuartel del Conde Duque, donde técnicos de la Biblioteca Digital Memoria de Madrid , del Ayuntamiento de la capital, se encargaron del escaneo, por ambas caras, de los 28 folios que componen el documento.
Sobre ese material, ya pudo trabajar Puñal, y el resultado ha sido un volumen de 206 páginas, en tapa dura, que contiene el facsímil de 78 páginas del códice, el estudio del doctor en Historia y se remata con una presentación que escribió para este texto el cronista de la Villa Enrique de Aguinaga, que fue presidente del Instituto de Estudios Madrileños y falleció, con 98 años, sólo cinco días después de terminar de corregir este trabajo. La presentación, este martes, de la obra se convierte también, de este modo, en un homenaje a Aguinaga.
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