50 años desde que Debod llegó a Madrid: el jeroglífico de reconstruir el templo sólo con unos croquis
Elche pugnó por el oráculo nibio, pero no tenía los 350.000 dólares que asumió el Ayuntamiento de la capital
Un rey extranjero, Adijalamani de Meroe, ordenó erigir el templo de Debod , al sur de Egipto , hace 2.200 años. Y también un país foráneo, en este caso España, fue el que lo salvó de ser anegado bajo las aguas del río Nilo . El que es el monumento más antiguo de Madrid ha sobrevivido a la devastación de las guerras, a las inundaciones que padecía durante nueve meses al año, tras la construcción en 1907 de la primera presa de Asuán ; y a un complicado traslado desde su emplazamiento original en el «país del oro» hasta la capital española. Un largo e intrincado periplo de dos años que implicó su desmontaje y reconstrucción completa en 1970 .
Esta es la única de las cuatro joyas nubias «donadas» por Egipto que resiste aún a la intemperie. Italia, Países Bajos y Estados Unidos optaron por integrar sus templos en museos, pero el de Debod es el más grande de los cuatro y crear una sala de exposiciones en la montaña de Príncipe Pío o en la Casa de Campo, que era la otra opción, con esa envergadura y en aquella época, no era tarea sencilla. El factor económico también fue clave. Transportar hasta España el Templo costó a las arcas públicas un total de 525.000 dólares , ya que sólo el traslado de los sillares duró meses. De este gigantesco monto, la ciudad que lo acogería tenía que hacerse cargo de 350.000 dólares y asumir además el precio de la reconstrucción. En su momento, se llegó a postular hasta el Ayuntamiento de Elche , que, por motivos obvios, se retiró en la pugna.
La complejidad de la técnica y el gran desembolso que supuso traer el santuario hasta Madrid determinaron que el templo se instalara al aire libre. Tras desmontar los sillares, éstos fueron trasladados en barco a la isla de Elefantina , junto a la presa de Asuán, en 1961. Allí aguardaron durante años, hasta que asignaron Debod a España . Ya en 1970, las cajas atracaron en el puerto de Alejandría , desde donde partió el navío Benisa, que las trajo hasta Valencia. Y hace ahora 50 años, el 18 de junio de 1970 , las losas llegaron por camión hasta el parque del Cuartel de la Montaña, donde comenzó la reconstrucción casi a ciegas, puesto que sólo contaban con un croquis del alzado y 2.300 piezas -algunas de ellas desaparecidas- por encajar. Gracias a las pistas dejadas por los arqueólogos, Madrid pudo salvar Debod.
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