TRANSICIÓN ESPAÑOLA
Europa, pendiente de España en sus primeras elecciones democráticas tras la dictadura
La Prensa del continente mostró una gran expectación ante el futuro que decidirían los españoles el 15 de junio de 1977
En 1957, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo firmaron el Tratado de Roma por el que se constituyó la Comunidad Económica Europa (CEE), más bien conocida como Comunidades Europeas. Esto sentó las bases de lo que décadas más tarde sería la Unión Europea con el objetivo primigenio, ya, de establecer un mercado único común, un desarrollo conjunto sostenible de sus economías y, en definitiva, aumentar el nivel de vida de los ciudadanos.
España no se adhirió hasta 1985 bajo el Gobierno del PSOE de Felipe González , pero la intención de entrar a las Comunidades Europeas ya comenzó a fraguarse en la proclamación de Don Juan Carlos como Rey el 22 de noviembre de 1975 .
Las elecciones del 15 de junio de 1977 fueron el acontecimiento del año en Europa
España, un polvorín de ideas tras la muerte de Franco , entraba en un proceso democrático que culminó, con las primeras elecciones democráticas tras la dictadura el 15 de junio de 1977, en la Constitución Española de 1978 y la adhesión a la CEE en 1985. Sin embargo, la situación en el país no solo fue un fenómeno nacional, sino que adquirió dimensión internacional. Los grandes diarios europeos ansiaban la llegada de la democracia a España y centraron sus esfuerzos en tratar de vaticinar cuál podría ser el resultado de dichas primeras elecciones democráticas tras el régimen franquista.
La Prensa belga (centro de la CEE), inglesa y francesa coincidieron en un aspecto: la tremenda expectación que despertaron las primeras elecciones democráticas en España tras la dictadura. Los diarios de dichos países se lanzaron a realizar una cobertura jamás vista de un cambio histórico en el país que marcaría el devenir de España. Pese a ello, las diferencias de opinión respecto a los comicios fueron evidentes, con el factor en común de que todos observaban con ilusión el proceso democrático del que años más tarde sería su «compañero» en las Comunidades Europeas.
El acontecimiento del año
La Prensa de Bélgica, concretamente la de Bruselas, ya miraba a España como el nuevo «compañero» en la CEE que sería tras estas elecciones. Así, los medios del país calificaron éstas como el acontecimiento del año a nivel continental, e, incluso, casi a nivel mundial.
Las perspectivas de diarios como «Le Soir» eran claras: Adolfo Suárez se alzaría con la victoria por delante de un joven Felipe González al frente del PSOE. La idea de que el líder de Unión de Centro Democrático (UCD) se proclamaría como nuevo presidente del Gobierno se infiltró como por ósmosis en su redacción, haciendo una clara defensa a capa y espada de quien consideraban como la gran baza para España.
La Prensa de Bélgica se decantó por Adolfo Suárez, descartando a Felipe González y Manuel Fraga
Otros medios de comunicación como la «Libre Belgique» mostraron una postura más conservadora. De corte católico, este diario destacó la variedad de posiciones políticas que confluirían en las elecciones del 15 de junio de 1977. La amalgama de personas que formaban UCD hicieron a este medio de comunicación desconfiar de las posibilidades de Adolfo Suárez. Sin embargo, ni Felipe González en el PSOE ni Manuel Fraga en Alianza Popular despertaron el interés en la «Libre Belgique», con lo que su apuesta para las elecciones fue más aséptica que la de ningún otro medio.
Pese al clima victorioso que rodeaba a Suárez (compartido por los grandes medios belgas), no hubo pocos que se empecinaron en situar a UCD pactando con Alianza Popular o el PSOE, pero sin llegar a afirmar nada con presunción de certeza.
Ansia por que España sea el nuevo socio europeo
El clima que se respiraba en Londres en los días previos y posteriores a las elecciones coincidía más con el de una verbena que con el de un proceso democrático. Los medios de comunicación británicos no dudaron en calificar esa semana como «la semana grande» de España .
Todos los medios coincidieron en que las miradas continentales debían estar puestas en estas elecciones en España. Así, aunque temían que el Partido Comunista obtuviera una alta representación, su apuesta fue por la moderación de Adolfo Suárez.
El «Daily Telegraph» y «The Guardian» destacaron el análisis a favor que existía hacia Suárez, mientras que los historiadores del país hicieron también su apuesta por el líder de UCD.
Los medios de comunicación de Reino Unido calificaron los comicios como «la semana grande» de España
Hugh Thomas, historiador experto en la Guerra Civil española, decantó su balanza hacia el lado de Suárez, no sin pocas críticas hacia su gestión hasta las elecciones del 15 de junio de 1977 . Lanzó su juicio hacia la inexperiencia que tenía en asuntos económicos en general y la deriva económica que había llevado España desde que comenzó a desmontarse el franquismo para dar paso a la democracia.
Sin embargo, Thomas no dejó títere con cabeza tampoco en el PSOE , tachando de «inexperto» a Felipe González y que se había acomodado a la buena vida burguesa y dar discursos.
Más allá de apoyar a Suárez, la Prensa británica apoyó fervientemente su moderación equiparando su programa a un punto en común entre los dos grandes partidos en Reino Unido . Así, la moderación fue para los británicos el aspecto capital del líder de UCD.
Los indecisos decidirán España
Desde Francia el panorama se tornaba distinto. En los días previos centraron sus esfuerzos en dar total importancia al gran número de españoles indecisos. La Prensa de París confió la decisión final a los 8 millones de españoles que todavía no tenían decidido su voto .
En Francia centraron sus esfuerzos en destacar la importancia de los 8 millones de indecisos con el voto aún por decidir
Pese a todo, en los medios de comunicación franceses se era consciente de que Adolfo Suárez partía con ventaja, que Felipe González sería la principal oposición y que el Partido Comunista apenas lograría un puñado de escaños.
En definitiva, el clima en Europa de cara a las elecciones españolas del 15 de junio de 1977 era de máxima expectación. Todo el continente estaba atento a lo que los ciudadanos españoles decidirían en las urnas en el primer proceso democrático tras la dictadura.