La implosión independentista pone punto final a una década de 'procés'
El ex presidente de la ANC admite que con la salida de Junts del Govern «acaba con lo que hasta ahora se había identificado como 'procés'»
Oriol Junqueras rechaza el ofrecimiento de Salvador Illa para aprobar las cuentas de la Generalitat del año próximo

El día de junio de 2011 que en el Parlamento de Cataluña se debatía sobre los presupuestos de aquel año, Artur Mas (CiU), entonces presidente autonómico, tuvo que entrar al parque de la Ciudadela en helicóptero. Miles de 'indignados' rodearon la Cámara catalana ... para protestar, entre otras cosas, por los recortes que se aprobaban aquel miércoles 15. En febrero de 2012, CiU y PP -como también habían hecho ocho meses antes para las cuentas de 2011- ratificaban los presupuestos autonómicos de 2012. Más recortes.
En septiembre, Mas se plantó en La Moncloa de Mariano Rajoy (PP) para exigir un pacto fiscal, al estilo del vasco y del navarro, para la Generalitat. El mismo día, jueves 20, a su vuelta de Madrid con el «no» de Rajoy, en la plaza de San Jaime había cientos de nacionalistas, convocados por CiU y la neonata Assemblea Nacional Catalana (ANC), que al grito de «independencia» recibieron a Mas como un héroe.
Una semana después, el sucesor de Jordi Pujol adelantaba los comicios. Algunos medios de comunicación llegaron a titular aquella cita como «las últimas elecciones autonómicas». Nacía el 'procés', que nada tenía que ver con el Estatuto de Autonomía, aprobado en 2006, y su ajuste a la ley que realizó el Tribunal Constitucional en 2010. El objetivo era la secesión de Cataluña, por la vía pactada, con un referéndum de autodeterminación, o por la vía de la confrontación, como finalmente se llevó a cabo en 2017. Para tal osadía, la unión de las fuerzas y las entidades independentistas era imprescindible, condición mínima.
Cuestión de confianza o elecciones
Ayer, diez años después, tras el fracaso del 1-O de 2017, la intervención del Rey (el 3-O), la manifestación constitucionalista del 8-O en las calles de Barcelona y la ruptura de la coalición ERC-Junts con la salida de los segundos del Govern, Jordi Sànchez, ex presidente de la ANC (2015-2017) y ex secretario general de Junts (2020-2022), dio por enterrado el 'procés' y admitió que a partir de ahora Cataluña entra en un nuevo escenario.
La decisión de las bases de Junts, votando la opción de salir de la Generalitat, «acaba con lo que hasta ahora se había identificado como 'procés'», señaló Sànchez, en una entrevista para el canal informativo de TV3.
La primera consecuencia del nuevo marco político catalán es que Junts ya practica la oposición. Laura Borràs -que informó de que el partido ha tenido 200 altas desde el viernes- y Jordi Turull defendieron este sábado que a Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, ante la crisis de gobierno creada por Junts, solo le queda elegir entre dos opciones: «O se somete a una cuestión de confianza o convoca elecciones». Adelantar los comicios, previstos para 2025, fue también la exigencia verbalizada por Carlos Carrizosa (Cs) y Alejandro Fernández (PP).
Los líderes de Cs y el PP, igualmente, no dudaron ayer en cargar contra el PSC y su primer secretario, Salvador Illa, hacia el que se fijan todas las miradas por ser el candidato mejor situado -con el permiso de los comunes- para sustituir, en el Govern o desde fuera de él, a Junts tras su espantada y apoyar a Aragonès, que de un día para otro se ha quedado con el apoyo parlamentario de solo 33 diputados (de una cámara de 135 escaños).
Por si hubiera alguna duda del papel que puede jugar el PSC, Illa se encargó de confirmar que los socialistas están por la labor de hablar con ERC sobre la estabilidad gubernamental. El primer acercamiento debería ser para las cuentas de 2023, proyecto cuyo primer borrador deja firmado Jaume Giró (Junts), consejero de Economía saliente. «Construir una alternativa no es decir ''no'' a todo», defendió Illa.
Sin embargo, todavía es pronto para cambiar de pareja y a la estabilidad catalana se le cruza la agenda política nacional: las alianzas que el PSOE teje en el Congreso para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Así, Oriol Junqueras salió al paso de las palabras de Illa y descartó el apoyo del PSC a las cuentas catalanas. ERC sigue manteniendo en pie la línea roja del 'procés': el PSC, considera Junqueras, no está comprometido con el «fin de la represión» y con la defensa de la celebración de un referéndum.
Mientras tanto, Aragonès estuvo reunido el sábado en el Palacio de la Generalitat con su equipo más cercano (Laura Vilagrà, Sergi Sabrià y Helena Ricomà) y hablando con «agentes económicos y sociales» para acabar de perfilar el nuevo ejecutivo. Según la oficina del presidente, la composición del nuevo Govern «está avanzada», pero no se informará de los cambios «hasta que no esté cerrada». Todos los consejeros de Junts ya han renunciado al cargo. Y está previsto que Aragonès siga hoy con las reuniones.
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