Ignacio Garriga, el hijo de 'la Cloti' que quiere «recuperar Cataluña»

El nuevo secretario general de Vox, Ignacio Garriga (San Cugat del Vallés, Barcelona, 1987), compaginará su cargo orgánico en el partido que preside Santiago Abascal con el liderazgo de la formación en el Parlamento de Cataluña. Su «compromiso es inequívoco» y de «ninguna de las maneras» se irá de la cámara catalana, señalan desde su entorno a ABC, al poco de conocer que tendrá nuevas responsabilidades en Vox, al sustituir a Javier Ortega Smith en la cúpula de la formación.

Licenciado en Odontología, Garriga fue militante de las Nuevas Generaciones del PP hasta que encontró su sitio en Vox. Desde 2021 es el líder de este partido en el Parlament, que cuenta con 11 diputados obtenidos tras las elecciones de febrero del año pasado. Antes fue diputado en el Congreso y su paso por la Cámara Baja dejará para la historia la defensa de la moción de censura contra Pedro Sánchez, en octubre de 2020. Un buen escenario para liderar la lista de Vox en las últimas autonómicas.

Garriga es hijo de 'la Cloti', muy famosa en la ciudad que vio nacer al nuevo secretario general de Vox y que en septiembre de 2020 murió por Covid. La influencia de su madre (militó en AP) le llevó a las juventudes de los populares. Pero la 'desorientación' del PP de los últimos años del ejecutivo de Mariano Rajoy le desenganchó del partido, primero, y de la política, después. Vox le devolvió a la política. Esta vez, desde un lugar privilegiado.

Sus discursos en el Parlamento catalán combinan la contundencia de sus compañeros de filas y abordan todo tipo de asuntos, especialmente, los que hacen referencia a la inmigración ilegal y la confrontación contra el nacionalismo catalán. Esta semana, sin ir más lejos, exigió la dimisión del Govern, en plena crisis política interna entre Junts y ERC, y la convocatoria de elecciones. Y defiende que lidera la 'auténtica' oposición a Pere Aragonès: «Asumo el liderazgo de la reacción nacional en Cataluña (...). Está siendo un antes y después».

De momento, seguirá manteniendo su centro de operaciones en el altillo del Parlamento catalán, lugar en el que Vox tiene asignados los despachos oficiales, pero con la mirada puesta en toda España. Mantiene la premisa de «recuperar Cataluña», compromiso que ha defendido en infinidad de ocasiones, para beneficio de España. Hasta ahora, su objetivo era que el independentismo deje la Generalitat y, para ello, no duda en defender la aplicación del 155 de la Constitución.

A partir de hoy, a esta meta circunscrita en Cataluña pero que afecta a toda España, Garriga sumará la responsabilidad de controlar que la militancia de Vox cumpla «las instrucciones y acuerdos» de la ejecutiva nacional. Desde este jueves, es «el responsable máximo de la organización y funcionamiento del partido» y bajo sus órdenes se situarán los vicesecretarios. Evidentemente, todo bajo la atenta mirada de Abascal.