Griñán y los presos que salieron de la cárcel por enfermedad
El etarra Bolinaga o Julián Muñoz consiguieron la libertad condicional tras pasar meses y años en prisión
El expresidente andaluz alega que padece un cáncer de alto riesgo para no entrar en la cárcel tras su condena por el caso ERE

El ingreso en prisión de José Antonio Griñán dependerá de un informe forense. El expresidente de la Junta de Andalucía ha conseguido parar in extremis la cuenta atrás justo el primero de los diez días que la Audiencia Provincial de Sevilla le había dado ... para entrar en un centro penitenciario de su elección.
Tan sólo 24 horas después de conocerse este requerimiento, el letrado del que también fuera presidente del PSOE federal y ministro con Felipe González ha alegado que padece un cáncer de alto riesgo que precisa de un tratamiento «urgente» para solicitar la suspensión de la pena privativa de libertad durante seis años y un día que le impuso la Audiencia Provincial de Sevilla y ratificó el Tribunal Supremo por el fraude de los ERE.
En los dos recursos anteriores que presentó sin éxito ante el tribunal sentenciador, el expresidente andaluz y del PSOE pidió esperar tres meses a que se tramitara su indulto y adujo razones «humanitarias y de equidad», así como su avanzada edad. Griñán, de 76 años, no había esgrimido el artículo 80.4 del Código Penal, que permite suspender la ejecución de la pena por padecer una «enfermedad muy grave con padecimientos incurables», aunque su salud llevaba meses siendo delicada y hace ocho días una biopsia confirmó el cáncer de próstata.
Su abogado ha esperado hasta el último minuto para hacerlo, para sorpresa de otras partes del proceso y del propio tribunal, que accedió a interrumpir el ingreso en prisión del exviceconsejero de Empleo Agustín Barberá, condenado por esta causa, precisamente porque sufre un cáncer.
Otros presos enfermos
La Audiencia de Sevilla solicitó ayer, a través de una providencia, un informe médico para valorar si el ingreso de Griñán en un centro penitenciario «pudiera tener incidencia en el desarrollo o en el tratamiento prescrito» de dicha enfermedad grave sobrevenida. Esperará al parte facultativo para tomar una decisión antes del día de Año Nuevo, cuando expira el plazo para la entrada en prisión.
Otros presos ilustres salieron de la cárcel antes de tiempo por graves enfermedades, aunque todos ellos tuvieron que pasar por la celda durante varios meses y años. Por ejemplo el etarra Josu Uribetxerria Bolinaga, que fue condenado a más de 300 años por el asesinato de varios guardias civiles y por el secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. La Audiencia Nacional le concedió la libertad condicional en agosto de 2012 por «razones humanitarias y de dignidad personal» después de que los informes médicos le dieran nueve meses de vida por el cáncer que padecía.
Esa decisión generó polémica a nivel social y entre las asociaciones de víctimas de ETA. Finalmente Bolinaga vivió casi el triple de lo que pronosticaron los médicos, hasta enero de 2015, dos años y cuatro meses después de salir en libertad condicional. Murió justo cuando la Fiscalía pedía para él otros 29 años de cárcel por el asesinato de un agente de la Guardia Civil.
Otros preso de ETA que apeló recientemente a una enfermedad grave para aliviar su situación penitenciaria fue Antonio Troitiño, sentenciado a casi 2.800 años de cárcel por el asesinato de hasta 22 personas, entre ellas doce guardias civiles en el atentado de la madrileña Plaza de República Dominicana en 1986. La Audiencia Nacional le concedió la condicional en enero de 2021 también por un cáncer incurable, del que murió a finales de ese año. Cumplía condena por reincorporarse a ETA tras salir de prisión antes de tiempo gracias a la derogación de la doctrina Parot.
Casos políticos
También ha obtenido la libertad condicional hace poco Julián Muñoz, el exalcalde de Marbella condenado a 20 años de cárcel por varios delitos de corrupción en el marco de la Operación Malaya. La Audiencia Nacional se la concedió el pasado mes de junio también por la enfermedad «grave e incurable» que padece.
El que fuera concejal de Jesús Gil y pareja de Isabel Pantoja había desaprovechado antes otros beneficios penitenciarios, como los terceros grados o semilibertades que le concedieron en 2008 y 2016. Le revocaron la primera a los cinco años tras una condena posterior por otra causa en la que estaba implicado y la segunda dos años después al aparecer bailando en una discoteca de madrugada. Antes, en 2014, solicitó el indulto de nuevo por razones de salud, que el Gobierno de Rajoy no le concedió.
Tres reclusos que pidieron la libertad por enfermedad

Zaplana, en libertad provisional
El expresidente valenciano y exministro del Partido Popular ésta en libertad provisional desde febrero de 2019 tras pasar nueve meses en prisión. Pese a padecer leucemia, la jueza instructora no le concedió la provisional por esta razón, sino después de apreciar que se había minimizado el riesgo de fuga.

Bolinaga, dos años y medio libre
El etarra Bolinaga (en la imagen con gorra), condenado por asesinar a guardias civiles y secuestrar a Ortega, salió de la cárcel en libertad condicional en agosto de 2012 por un cáncer. Los médicos le daban nueve meses, pero al final vivió el triple, dos años y cuatro meses, hasta que murió en enero de 2015.

Julián Muñoz, a la tercera
El exalcalde de Marbella, condenado a 20 años por varios delitos relacionados con la corrupción, está en libertad condicional desde el pasado verano. Antes accedió a sendos terceros grados, que le revocaron en 2013 por otra condena y en 2018 tras aparecer bailando en una discoteca de madrugada.
Un caso similar, pero con matices distintos, es el del expresidente regional y exministro del PP Eduardo Zaplana. Ingresó en prisión en mayo de 2018 tras ser detenido por su presunta implicación en una trama de comisiones ilegales a cuenta de las concesiones de ITV y parques eólicos en la Comunidad Valenciana durante su etapa al frente de esta región.
Solicitó la libertad provisional para ser tratado de la leucemia que le mantuvo en un hospital casi dos de los nueve meses que permaneció en prisión preventiva. La jueza instructora se la denegó, a pesar de que políticos del PP, de la extinta UCD e incluso del PSOE lo pidieron públicamente.
Finalmente se la concedió en febrero de 2019 tras considerar que se había minimizado el riesgo de fuga después de bloquear 6,3 millones de euros en dos cuentas en Suiza que la jueza atribuía a Zaplana. Desde entonces está en libertad provisional a la espera de que se celebre el juicio. Este verano fue procesado y la Fiscalía pide para él 19 años de cárcel.
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