Los 'gallegos de Génova': el núcleo de asesores que susurra a Feijóo
Mantienen una obsesión casi agotadora por no figurar y permanecer siempre en las sombras
Su lealtad al líder es incuestionable. No hay un gurú, sino un equipo que funciona como una sola mente
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
Transcurridos unos meses del desembarco de Alberto Núñez Feijóo, las encuestas empezaron a enfriar el crecimiento del PP. No tardaron en salir voces –dentro y fuera del partido– que lo achacaban a que el equipo del nuevo presidente nacional podría valer para manejarse en provincias, ... pero que le faltaba 'punch' para crecer dentro de la M-30. La política nacional les quedaba grande, «Madrid no es Galicia», les explicaban con indisimulada condescendencia. Hoy, ese reducido equipo de asesores que Feijóo tenía en la Xunta y que se llevó a Génova desde el minuto uno están detrás de la campaña que tiene al PP rozando La Moncloa y con una victoria en el 'cara a cara' con Pedro Sánchez que no aparecía en ninguna quiniela e indiscutidos en la estrategia electoral.
Hay un patrón en los seis pretorianos que flanquean a Feijóo: una lealtad incuestionable que no se deja contaminar por la adulación al líder, y una querencia –a ratos agotadora– por no figurar, por permanecer en la sombra. Son gurús que no tienen vocación de serlo y que funcionan casi en modo asambleario. No se inmutan ni cuando otros reivindican para sí un protagonismo excesivo en las decisiones tácticas de Feijóo. Les dan pudor los focos. Su máxima es que los éxitos son de su jefe, y los errores se les deben imputar a ellos.
Los espectadores del debate pusieron cara el lunes a Marta Varela, la asesora que acompañó al contendiente popular por los pasillos y le asistió durante las pausas de publicidad. Su cargo es directora de gabinete, pero en realidad es mucho más. Su principal virtud es entender a Feijóo de principio a fin, empezando por su letra y acabando por cómo le gusta mitinear. Todo lo realmente importante pasa por sus manos, desde el análisis de informes y propuestas hasta los discursos en momentos decisivos. Una de sus virtudes es su permeabilidad: siempre está abierta a escuchar una opinión, a recibir un consejo, a leer una propuesta. Si es buena, la incorporará al guión. El líder del PP la considera imprescindible, y se fía de su olfato político. Varela llegó a la Xunta en 2009, tras ejercer como periodista en Cope y Europa Press. Empezó como redactora del gabinete, luego fue jefa de prensa del presidente y en la última etapa asumió el gabinete. Es de las pocas personas que puede trabajar más horas que Feijóo, y eso su jefe lo valora mucho. Es la número cinco de la lista de Madrid: no es casualidad.
Una persona que trabaja con ellos en Génova desde hace un año pone en valor su mimetización con el líder: «Lo entiende de principio a fin. Es quien mejor lo interpreta». Otra persona que trabaja con el grupo, añade: «Son los 'Precogs' de Génova 13. Los protagonistas de Minority Report. Una sola mente. Lo que decide uno es aprobado por los otros. Marta es la persona final que ejecuta la decisión del grupo». Esto es importante. El pudor. Aquí no hay un Iván Redondo que todo lo puede. Ni un Miguel Ángel Rodríguez. Aunque su nombre haya estado en boca de todos por su asistencia a Feijóo para la preparación del debate. En el núcleo de Génova no ha gustado el exceso de protagonismo. Han sido decenas de personas las que han colaborado. «Sin minusvalorar su ayuda, pero ayudó él y mucha gente», explican. «Si no tiene foco no es un gurú», ironiza una persona que sí trabaja en el día a día con el líder gallego. En el PP de Feijóo no hay un gurú que esté por encima del resto. Ni Varela ni ninguno de lo gallegos se siente cómodos con esa etiqueta.
Mar Sánchez, la 'auctoritas'
A Mar Sánchez no le hace justicia su cargo de responsable de 'Proyección e Imagen', porque va mucho más allá. «Mar hace de Mar», asegura un antiguo colaborador. Si Marta Varela es la 'potestas', Sánchez es la 'auctoritas' en el equipo. Su trayectoria profesional está vinculada a Feijóo desde mediados de los noventa, cuando coincidieron en el Ministerio de Sanidad y el Insalud. Desde entonces, allí donde ha estado Feijóo su sombra ha sido Mar. También en la Xunta, donde disponía de una capacidad transversal para actuar en cualquier ámbito de la administración. Si Mar pedía algo, en realidad era Feijóo quien hacía el ruego. En Madrid ella gestiona el pulso con los jefes de los grandes medios, no tanto el día a día con el grueso de los redactores. «Es la red de seguridad, el pegamento del equipo –añade esta fuente– y contagia una entrega absoluta» al proyecto. Varela y Sánchez son las únicas del equipo que forman parte del comité de dirección del PP.
Varela está casada y tiene dos hijos con otro de los pesos pesados del 'clan gallego', el jefe de prensa del PP, Luis de la Matta. Es el 'frontman' en la comunicación de Génova, el teléfono que todo periodista marca a la hora que sea en busca de una clave o una respuesta. Madrileño de origen –distrito Retiro–, su carrera comenzó como periodista en ABC y El Mundo entre Santiago de Compostela y Burgos. A Feijóo se lo recomendaron en 2006. La entrevista de trabajo tuvo lugar dando paseos por la Plaza del Obradoiro. Lo incorporó al equipo –entonces en la oposición– y siempre ha permanecido detrás de las siglas del partido. Lo suyo es la réplica rápida, el disparo certero, adecuado en un contexto de constante agitación, en las antípodas de un Feijóo que prefiere el sosiego. Es, de largo, el asesor que más disfruta en el chapoteo dialéctico con los adversarios, al que más le gusta ir siempre un paso más allá, como con la campaña del 'verano azul'.
Crítico con él
Marcos Gómez también es periodista. Feijóo lo fichó procedente de un periódico muy crítico con él cuando llegó a la Xunta en 2009. Al líder popular le gusta presumir de que se fijó antes en sus cualidades que en la ideología de su medio. Durante una década fue el jefe de prensa del actual presidente gallego, Alfonso Rueda, entonces vicepresidente. Tras la marcha voluntaria de Lucas Martinón –otro de los asesores de referencia en Galicia que sigue colaborando desde la distancia– Gómez pasó a ser el director de comunicación de Feijóo. Su compromiso con el presidente está fuera de toda duda: su marcha a Madrid ha dejado en Galicia a su mujer y sus tres hijos, a los que ve –si la agenda lo permite– tres días a la semana. Gómez es, sobre todo, el hombre tranquilo del grupo, la mente fría y analítica que controla además las redes sociales del partido. «Es el más discreto de todos en ambientes abiertos. Pero dirige el mensaje», explica una fuente en Génova. Tras esa primera impresión tranquila se esconde un colmillo afilado: «Es el más atrevido de todos». Dentro del equipo de periodistas también llegó de Galicia Darío Domínguez, mano derecha de Varela y Gómez en la redacción de discursos; un joven valor en alza.
El cuarto en discordia es Álvaro Pérez, el 'cerebrito' del clan, que es capaz de almacenar datos y referencias históricas para utilizar siempre de manera inmediata. Su especialidad es la técnica parlamentaria y jurídica. Acompaña a Feijóo desde 2003, cuando este lo fichó de la Consejería de Medio Ambiente de la Xunta. Habla varios idiomas y tuvo experiencia laboral en Bruselas, lo que aporta visión comunitaria a la agenda política. Coordina la acción entre Génova y los grupos parlamentarios, pero sobre todo aconseja directamente al presidente. Su perfil encaja como un guante en distintos puestos del futuro gabinete de la presidencia del Gobierno en La Moncloa.
Como satélite en la constelación de asesores de Feijóo está Miguel Tellado, el único con un cargo político dentro de la estructura de Génova. El vicesecretario de organización territorial viene de ser el número dos del PP gallego, el encargado de la sala de máquinas de un partido donde los equilibrios entre familias son más necesarios de lo que parece a simple vista. Periodista, jefe de prensa, luego de gabinete, diputado y finalmente secretario general, Tellado se define como «un soldado de Feijóo».
No le adorna ambición política alguna más allá de cumplir con la voluntad de su jefe de filas. No siempre es así en política, donde en ocasiones las agendas individuales se entremezclan con los intereses generales. Tiene fama de expeditivo, pero en realidad es un gran negociador y se fía mucho de su instinto. Fue uno de los grandes valedores de María Guardiola antes del 28M, y no se equivocó. Uno de sus principales éxitos fueron las listas del Congreso y Senado para este 23J, con una amplia renovación en tiempo récord pero que no se tradujo en ruido ni peleas internas.
Los que vendrán
Tras las elecciones generales, el 'clan gallego' se verá aumentado con tres nombres propios muy próximos a Feijóo, que ocuparán escaño en el Congreso con toda seguridad. Francisco Conde, número uno por Lugo, fue asesor en materia económica y conselleiro de este área durante más de una década. Está llamado a ocupar un cargo de responsabilidad en un hipotético gobierno. Procedente de la Xunta también llegará Rosa Quintana, responsable de pesca en el ejecutivo gallego durante catorce años. Es una de las personas que mejor conoce el sector en toda España y está curtida además en las siempre complejas negociaciones comunitarias. Se maneja bien en Bruselas.
Por último, un político de apellido ilustre, Pedro Puy Fraga. El sobrino de 'don Manuel' ha sido desde 2009 el portavoz del grupo popular en el Parlamento gallego, marcando un perfil bien distinto al que se tenía de los rostros que tienen que defender al gobierno. Esquivo a las formas agrias y broncas, atribuye a su profesión universitaria su gusto por la moderación. Economista de formación, todos los programas electorales de Feijóo llevan su sello, incluido este del 23J, en el que ha redactado más de un pasaje. Su perfil tiene un gran encaje como una de las piezas claves en el engranaje entre Moncloa y el Congreso.
El clan de Santiago ha echado ríces en Madrid. Diagnosticado en sus comienzos como algo endogámico por otras sensibilidades del partido, el ciclo electoral en el que están instalados desde hace meses ha servido para dulcificar su imagen a ojos de terceros. Las buenas expectativas siempre ayudan. «Aunque son muy suyos son muy generosos con quien les ayuda», cuenta un miembro de la cúpula de Génova. Desde un Gobierno autonómico los defienden como un equipo «muy profesional y que trabaja muy bien de forma coordinada». A ninguno de ellos le gusta el protagonismo. Pero, si quieren, en unas semanas estarán llamados a empresas mayores.
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