As Pontes vuelve a quemar carbón tres meses después de negarlo Ribera

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La ministra veía a finales de junio «muy improbable» que se reactivase la central térmica de Endesa

La ministra de Transición Ecológica Teresa Ribera ángel de antonio

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La chimenea de la localidad coruñesa de As Pontes vuelve a echar humo. A primera hora de la mañana de ayer, Endesa reactivó la central térmica que llevaba apagada desde finales de junio. En las próximas semanas, la planta funcionará solo con uno de sus cuatro grupos mientras se realizan labores de mantenimiento en el segundo. Para los otros dos, el Gobierno central autorizó el cierre el pasado 19 de septiembre. Hace poco más de tres meses, sin embargo, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, insistía en que la posibilidad de reactivar la térmica era «muy improbable».

Según informó Ep, el director de esta central, Ignacio Sáinz, aseguró que «el grupo uno ya ha entrado en explotación y el grupo dos está en proceso de revisión para poder reactivarlo a primeros de 2023». Sáinz recordó que «la empresa ha aumentado la plantilla media de la planta hasta llevarla a unas 60 personas y se han prorrogado los contratos de las auxiliares hasta junio de 2023«.

Endesa solicitó el cierre total de la central a finales del año 2019. En aquel momento, pese a haber realizado una inversión para adaptar la planta a la nueva normativa europea anticontaminación, los elevados precios de quemar carbón la expulsaron fuera del mercado. Desde entonces, la térmica ha estado funcionando puntualmente a petición del operador del sistema, Red Eléctrica. Dos de sus grupos, que no habían sido actualizados, ya han estado apagados durante los últimos años. El pasado 23 de junio las calderas se pararon en los otros dos y la previsión entonces era que no se iban a rearrancar.

Pero las incertidumbres del mercado energético, tras la guerra de Ucrania, cambiaron el escenario. El Gobierno central, que había apostado por prescindir del carbón para luchar contra el cambio climático, encargó un nuevo informe a Red Eléctrica para que determinase si la térmica era necesaria para garantizar el suministro eléctrico en España de cara al invierno. Sin conocer aún los resultados del informe, la ministra Teresa Ribera compareció en varias cadenas de televisión tras el acuerdo alcanzado en la UE para rebajar el consumo de gas natural en el continente. En dos entrevistas, Ribera insistió en que «en principio» no iba a reactivarse la central de As Pontes y en que la posibilidad de volver a ponerla en marcha era «muy improbable». Pero finalmente el Ministerio de Transición Ecológica decidió en septiembre autorizar el cierre solo para dos grupos y mantener operativa la mitad de la planta.

En estos últimos meses, en la central se han realizado tareas de mantenimiento para poder volver a quemar carbón. Tan pronto se han finalizado, Red Eléctrica ha dado ya la orden de que empiece a operar. A mediados de octubre llegaron las primeras 160.000 toneladas de combustible al Puerto de Ferrol para alimentar sus calderas. Esta semana atracará otro buque cargado con carbón para abastecer a la que fue la mayor térmica de España. Los planes de Endesa pasan por poner en marcha sólo uno de los dos grupos operativos. Desde ayer se quema carbón en el grupo 1 —de una potencia de unos 350 megavatios— y al que le quedan unos meses de funcionamiento. Durante ese tiempo se realizará la revisión de seguridad en el grupo 2, que lo sustituirá después. A largo plazo sigue previsto apagar definitivamente la central. La eléctrica apunta que, «ante una situación de crisis energética como la actual», la empresa eléctrica «pone en explotación dos de sus unidades de producción», a pesar de que «nuestra estrategia no ha variado, ya que Endesa mantiene su compromiso de descarbonización para el año 2040 y sigue apostando por las energías renovables».

El Ministerio condiciona el apagado definitivo de la planta a que se cumplan dos premisas que, en principio, permitirían que no haya riesgo de desabastecimiento energético. Primero tiene que volver a ponerse en marcha el mecanismo de interrumpibilidad, por el que la gran industria se pararía en caso de que haya mucha demanda eléctrica en los hogares y el sistema no pueda cubrir a todos. Además, debe volver a funcionar la cogeneración, un modelo por el que el calor de los propios procesos industriales genera electricidad. La subida del gas natural había frenado la producción por esta vía.

Pero en una coyuntura como la actual, nadie se atreve a dar fechas concretas. Hace un mes, la dirección de la planta trasladaba a los trabajadores que la térmica seguiría operativa al menos durante el primer trimestre de 2023. Pero no se descartaba tampoco que funcione hasta el verano. De hecho, los contratos de los trabajadores auxiliares llegan hasta el mes de junio. En caso de que la térmica se cierre antes de esa fecha, ayudarían en las tareas de desmantelamiento. Con el precio del gas disparado, el carbón vuelve a ser competitivo en la generación eléctrica. La central de As Pontes puede ayudar tanto a garantizar el suministro como a rebajar algo la factura eléctrica española.

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