Aval judicial a aplicar electroshocks a un interno porque peligra su vida pese a oponerse la familia
Un juez concluye que está en juego la «integridad física» del paciente, interno en la unidad de psiquiatría de un hospital de Santiago de Compostela, que por su trastorno mental no tiene capacidad para decidir
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Un juez de Santiago de Compostela ha autorizado aplicar a un joven ingresado en un hospital de la capital gallega una terapia electroconvulsiva (TEC), más conocida como electroshocks, por el «riesgo grave e inminente» para la integridad física del paciente, que había afirmado en varias ocasiones su intención de autolesionarse. Los responsables del psiquiatría del Hospital Provincial de Conxo, donde este joven de 30 años de Arzúa (La Coruña) está ingresado desde hace más de mes y medio, reciben así el aval judicial para someterle a una terapia a la que tanto él como su padre se oponen de manera tajante.
En un auto difundido este miércoles, el Juzgado de Primera Instancia número 6 de Santiago acepta esta medida cautelar, que había solicitado la Fiscalía. Lo hace después de haber estudiado las conclusiones de un reconocimiento judicial y forense del paciente, así como de un informe complementario emitido por una psiquiatra. Con «la contundencia de todos los informes de los facultativos», el juez concluye que la medida está más que justificada. Además de este riesgo para «la integridad física» del paciente, alude a la «insuficiente conciencia» del joven sobre la «enfermedad/trastorno mental» que padece. Esto era así, tanto antes como ahora. El enfermo, en definitiva, «en el momento actual no tiene capacidad para decidir».
No son los únicos argumentos que el auto pone sobre la mesa. La resolución también alude a que ni el joven ni su padre han ofrecido «otra alternativa» válida para su tratamiento, pues «no aportaron dato médico o terepéutico alguno». Se limitaron a decir que solicitarían una «segunda opinión psiquátrica», que no adjuntaron.
Riesgo «grave e inminente»
El juez considera que, de autorizarse el alta hospitalaria, que reclaman tanto él como su progenitor, supondría un riesgo «grave e inminente» para su salud. La alternativa que ofrecían los interesados, trasladarlo a un centro, concretamente a la Casa de Acogida Asociación Centro Reto, sería «totalmente inadecuado» para tratarse de la patología «grave y activa» que padece. Y menos aún con su «elevado riesgo autolítico», es decir, de autolesionarse. Ese centro, dice el auto, «no garantiza ni la atención ni los cuidados especializados psiquátricos diarios y constantes» que requiere. Necesita someterse a un «tratamiento pautado», que el juez cree sería imposible de cumplir con el alta y su traslado al centro que propone la familia.
Este paciente, cuyo caso ha dado a conocer El Correo Gallego, permanece ingresado en el Hospital Provincial de Conxo, en la capital gallega, desde el pasado 9 de febrero. Y desde entonces, se sometió «sin éxito» a un total de cinco tratamientos orales. A día de hoy, sigue sin tener «conciencia suficiente de su trastorno mental».
Todas estas particularidades hacen que el joven esté «imposibilitado para emitir el consentimiento informado conforme a lo previsto en la Ley gallega». Tampoco su padre tiene potestad para negar a los psiquiatras que se le apliquen los eletroshocks. Además, añade el auto, «en modo alguno se ocasiona indefensión material alguna ni al paciente ni a su progenitor, porque la autorización el T.E.C. se fundamenta de manera sustancial en el historial clínico del paciente«.