tribunales
Declaran culpable al acusado de asfixiar a su sobrino en Santiago en 2020
jurado popular
El tribunal popular encargado de juzgar el crimen determinó, tras día y medio de deliberaciones, que el procesado era consciente de sus actos en el momento en que dio muerte al pequeño, de 3 años, en la casa familiar. Se enfrenta a prisión permanente revisable

El jurado popular deliberó durante más de día y medio hasta concluir que el acusado de asfixiar a su sobrino en 2020 en Santiago es culpable de un delito de asesinato. Tras nueve intensas sesiones de juicio, los integrantes del tribunal ciudadano consideraron al hombre «culpable de acabar con la vida del menor» y acordaron que «no tenía sus capacidades afectadas» en el momento en el que se fue con el pequeño a un baño y lo asfixió. Es decir, manifestaron, que lo hizo «intencionadamente». El nivel de conciencia que el hombre presentaba esa tarde de septiembre de 2020 cuando estaba al cuidado del pequeño y de sus hermanas mayores fue, precisamente, el quid de la vista que arrancó en la sección sexta de la Audiencia provincial hace semana y media.
Para el abogado de la defensa, el penalista compostelano Evaristo Noriega, el acusado sufrió un crisis crepuscular que nubló su entendimiento en el momento de los hechos, un episodio que otros expertos médicos refrendaron en sala ligando lo sucedido con los problemas de salud —sufrió un tumor cerebral— que el acusado había padecido en el pasado.
¿Una crisis comicial?
Frente a esta versión de lo sucedido, la representante del Ministerio Fiscal y el abogado de la acusación popular defendieron que el hombre era consciente de sus acciones cuando se llevó al pequeño al aseo de la vivienda y cerró la puerta tras él. Sin embargo, la familia del fallecido, a su vez familia del acusado, evitó acusar al tío por entender que no estaba en posesión de sus facultades cuando el suceso se desencadenó. Así lo dejaron constar durante la fase de instrucción del crimen y también en sus declaraciones ante el tribunal ciudadano, en las que dejaron constancia de que el hombre siempre había tenido una buena relación con su sobrino y que no existía motivo alguno para acabar con su vida más allá de una suerte de crisis comicial de raíz médica. De ahí que la defensa pidiese para el acusado su internamiento en un centro psiquiátrico en el que pudiese ser atendido de sus problemas mentales.
Por su parte, los letrados de la acusación piden para él, que lleva tres años ingresado en la cárcel de Teixeiro en prisión preventiva, la pena de prisión permanente revisable dada la gravedad del delito. Tras la lectura del veredicto, y a su salida de los juzgados compostelanos, el abogado del procesado expresó que «lo que cumple es una reflexión» a raíz del veredicto del jurado y a espera de conocer la sentencia de la juez. «Leeremos la sentencia con calma y después tomaremos decisiones en cuanto a posibles recursos. Por ahora vamos a hacer un análisis pausado del tema pero todo hace presumir que vamos a recurrir», afirmó Noriega.