El BNG da al PSdeG un ultimátum para que diga si entra en el gobierno de Santiago
Goretti Sanmartín pide que trasladen su decisión a comienzos de la próxima semana
Así fue el acuerdo entre socialistas y nacionalistas para pactar «gobiernos progresistas» en los concellos

Descontados los casos de Vigo y Ferrol, gracias a las mayorías absolutas que deparó el 28M, el resto de ciudades gallegas, en mayor o menor medida, aún tienen sus futuros gobiernos en el aire. Cinco ejecutivos municipales se cocinan no sin premura, con el 17 de junio marcado en rojo en el calendario, por ser el día en que se constituyen las corporaciones locales. Con Orense en barbecho, para regocijo de Gonzalo Pérez Jácome, el futuro de las cuatro urbes restantes se siguió cocinando este jueves en sendas reuniones entre PSdeG y BNG.
En el caso de Santiago, el más enquistado, el segundo encuentro no deparó novedades y sólo sirvió para que los socialistas siguieran dejando correr plazos. Eso sí: el Bloque vino a dar una suerte de ultimátum de cara al que será el tercer cara a cara, a comienzos de la próxima semana. «Pienso que es cuando definitivamente se sabrá la decisión que tomó el PSOE», emplazó Goretti Sanmartín, quien se convertirá el 17J en alcaldesa compostelana; de momento, únicamente con el respaldo de ocho ediles, los seis del BNG y los dos de Compostela Aberta. Mercedes Rosón, número dos de la lista del PSdeG el 28M en Santiago, y aupada al frente de su grupo tras la renuncia de Xosé Sánchez Bugallo, siguió dando largas. Frente a esa fecha límite señalada por su interlocutora en las negociaciones, terció: «Lo tratamos con la serenidad y con el ritmo que creemos que es necesario. Vamos dando pasos (...), pasito a pasito». Como la semana pasada, enfriando las prisas del Bloque.
La decisión de entrar o no en el gobierno de Sanmartín, y convertirlo en un tripartito, justificó ante los medios, es de una «envergadura» tal que hace que «no» sea una «tarea fácil». «Hay que atinar y hay que afinar» antes de «llegar a un acuerdo, si es que se llega», esquivó la reiteración de preguntas sobre los motivos por los que el PSdeG dilata su respuesta. Rosón remarcó, ante las dudas sobre posibles injerencias, que ésta «se tomará desde Santiago», y se escudó en que «un pacto de gobierno o de lo que sea exige hacer una reflexión colectiva», «discutir con tranquilidad».
Apuntó que «hay muchas coincidencias» con el BNG, y que «sería fácil llegar a un acuerdo en base a determinadas cuestiones que, para nosotros, son realmente líneas rojas». Pero insistió en que no pueden apremiar al PSdeG, porque el paso que se les pide —ayer también apretó la líder del Bloque, Ana Pontón— «pasa por valorar y evaluar todas las cuestiones». En cambio, fue mucho más contundente cuando se le preguntó si se da por aludida por el recado que dejó Xaquín Fernández Leiceaga al renunciar a su acta de concejal, pidiendo una renovación en el PSOE santiagués. «No me siento interpelada absolutamente por nadie (...). Cada uno que cargue con lo suyo», zanjó.
Borrador en Lugo
En La Coruña, la primera toma de contacto no dejó apenas titulares. Por el PSOE, José Manuel Lage, número dos en la lista de Inés Rey, comentó: «Somos fuerzas políticas diferentes, tenemos programas diferentes, pero podemos tener elementos en común». La nacionalista Avia Veira dijo que negociarán con «mente abierta», informó Ep. Seguirán hablando.
El acuerdo más avanzado —y engrasado, no en vano, tiene el precedente del último mandato—, es el de Lugo, donde PSOE y BNG reeditarán bipartito. Este jueves la alcaldesa en funciones, Lara Méndez, explicó que el futuro «acuerdo programático» se encuentra en «fase de borrador», y que después de cerrar esta «hoja de ruta» procederá, con el nacionalista Rubén Arroxo, al reparto de áreas.