La Xunta exige al Gobierno un plan para salvar las oficinas bancarias
El conselleiro pide por carta a la ministra Calviño que garantice este servicio en las zonas rurales
La brecha digital es cada vez más palpable y el mundo de la banca no es ajeno a esta realidad. Las entidades van cerrando progresivamente aquellas sucursales que no consideran rentables, especialmente en el ámbito rural, marginando a la población menos familiarizada con las nuevas tecnologías, sobre todo la de mayor edad. La Xunta ha instado al Gobierno a que tome cartas en el asunto. En una carta, el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, ha reclamado este martes a la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, que elabore «un plan global estatal» para que los núcleos más pequeños no se queden sin este servicio financiero.
La pandemia ha acelerado el gradual proceso de cierre de oficinas derivado de la crisis económica y los procesos de fusión de entidades bancarias que se han ido sucediendo en los últimos años. A finales de marzo de este año Galicia contaba con un total de 1.190 oficinas operativas, menos de la mitad (un 52,6 %) de las que tenía en 2008 , justo antes de estallar la crisis financiera. Entonces había 1.322 oficinas más, según recoge el último informe de la fundación de Abanca, hecho público este verano. Uno de cada diez ayuntamientos gallegos –todos ellos del ámbito rural– no cuenta con ninguna sucursal bancaria. Y la escalada de cierres continúa, afectando, en el caso de Galicia, especialmente a las sucursales de Abanca, entidad heredera de las antiguas cajas de ahorro fusionadas de la Comunidad.
Una «normativa común»
Es en este escenario en el que la Consellería trata de mover ficha con la carta remitida a la ministra Calviño reclamando «un paquete de medidas global» para paliar esta situación , especialmente «en las zonas menos pobladas». La Xunta cree que lo que debería hacer el Gobierno, en primer lugar, es un estudio analítico sobre el mercado financiero en España «desde el punto de vista de la concentración bancaria, la competencia, y el acceso a los servicios financieros, especialmente en las zonas rurales». Y también habría que elaborar, en opinión del conselleiro, «un marco normativo común» para regular la «prestación universal» de los servicios financieros básicos » para «garantizar su prestación a todos los ciudadanos, con calidad y con un precio accesible», según pide el conselleiro en la carta.
Con ánimo de paliar el cada vez más precario servicio de las entidades bancarias en los núcleos rurales, la Xunta aprobó también en junio una s ubvención de 2,8 millones de euros para las entidades bancarias que instalen cajeros automáticos , algún tipo de asistencia presencial itinerante y actividades de formación en cuestiones relacionadas con la banca electrónica en las localidades en las que no haya oficinas. Hasta el momento se han adherido a este protocolo, suscrito también por la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp), un total 38 de los 45 concellos gallegos que no cuentan con ninguna oficina.
Sin embargo, la sangría continúa, y los vecinos y ayuntamientos afectaron tratan de impedirlo. Por ejemplo, en las localidades coruñesas de Zas, A Baña y Vimianzo, donde Abanca comunicó a sus respectivos gobernantes la decisión unilateral de cerrar mañana mismo sus oficinas. Los alcaldes han entregado este martes a la entidad 5.500 firmas recogidas como una medida de presión más , después de que la semana pasada celebraran una manifestación. En Campo Lameiro (Pontevedra), han empapelado el municipio con esquelas invitando a asistir a un «velatorio» ante una sucursal en sus últimos estertores. Y Portas (Pontevedra) decretará un día de luto oficial si se confirma el cierre de la única sucursal del concello.