Juan Soto - El Garabato del Torreón

Voladura incontrolada

Hay concellos en los que el PP no levanta dolores de cabeza: simplemente, no existe

Sinceramente, esperábamos más de este chico. Ya sabemos que nadie es responsable de las expectativas que otros depositen en él, pero eso no impide que nos sintamos decepcionados. En los tiempos en que formaba parte de la ejecutiva del PSOE en A Mariña se percibían en él ciertas dotes organizativas, aunque no suficientes, empero, para evitar aquellos derrumbes que no tardaron en llegar. Ahora, sin embargo, exaltado como poderhabiente feijooniano en la demarcación luguesa, el animoso alevín se ha revelado como un atolondrado agente dinamitador. ¡Cuánto lo sentimos!

Si bien para las voladuras incontroladas cuenta con el eficaz auxilio de la presidenta provincial del partido, reconozcamos que cargarse en 48 horas el PP de Viveiro y el de Monforte no es una pequeñez.

El caso de Viveiro resulta de gran utilidad pedagógica para entender el impacto de la arbitrariedad personal en la política local. Dejar a un partido sin cabeza visible y sin grupo municipal, todo en la misma tacada y sin desenfundar, no es moco de pavo. En comparación, el derribo monfortino es poca cosa: total, la dimisión de una portavoz municipal no es para echarse las manos a la cabeza, ni aunque la renunciante acumule también, como en el caso, escaño autonómico.

Pero no caigamos en excesivos derrotismos ni pongamos mayores objeciones al dúo que confunde las maniobras de reanimación del partido con el duelo de O.K. Corral. En todas partes cuecen habas y asan a la parrilla al discrepante que asoma la cresta. En los caldeados manantiales de As Burgas, por ejemplo, el partido tampoco está para echar cohetes, en parte debido a la abdicación del portavoz capitalino, penúltima secuela baltaricida del recuelo baltarista.

O sea, resumiendo: para evitar conflictos intestinos (o tal vez intestinales), lo mejor es proceder a la liquidación por cierre del tinglado en aquellos municipios motivo de jaqueca. Muerto el perro, se acabó la rabia. Hay ejemplos altamente ilustrativos. Por aquí mismo, sin ir más lejos, hay concellos en los que PP no levanta dolores de cabeza: simplemente, no existe. Una preocupación menos para el apoderado y la presidenta. Y si llueve, una de dos: o escampa o el 28 de abril nos lleva la riada.

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