Patrimonio

Villa Julia y sus magnolios contra la piqueta

Diputación y Concello de Bergondo impulsan desde hace años la ampliación de una carretera que exige expropiar parte de un conjunto residencial catalogado por la singularidad única de sus jardines

Vista lateral de 'Villa Julia', con el cierre de la polémica a la derecha CEDIDA

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Por la centenaria Villa Julia y sus fastuosos jardines parece que no pasa el tiempo, detenido a la sombra de sus exhuberantes magnolios soulangianos, castaños de Indias y fresnos. Pero sí lo hacen los coches y camiones, con frecuencia inusitada, por la carretera provincial DP-0810 que enlaza Guiliade con Guísamo y que rodea uno de sus laterales, estrechando sus dimensiones hasta adquirir peligrosidad de punto negro. El concello de Bergondo y la Diputación de La Coruña llevan años empeñados en ampliar el vial pero topándose con una realidad palmaria: Villa Julia y sus jardines son una finca catalogada por Patrimonio , no solo por la singularidad del edificio principal sino también por las especies arbóreas de la parcela.

Ahora, este conjunto residencial ubicado en la pequeña parroquia de Sampaio vuelve a estar amenazado por la piqueta, aunque sea parcialmente. No es la primera vez. En 2006, un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de La Coruña frenó en seco el intento de la institución provincial de ampliar la carretera . Entre otras razones porque no se había molestado en solicitar a la Comisión Provincial de Patrimonio Artístico e Histórico de la Xunta la autorización preceptiva para acometer la expropiación de unos 500 metros cuadrados, dada la protección de que goza la finca.

En aquel pleito —que acabó perdiendo— la Diputación alegaba que lo protegido no eran los jardines sino el edificio, una construcción de 1920 de «estilo ecléctico con reminiscencias italianizantes», muy del gusto de los indianos que hicieron fortuna en América y retornaron a Galicia para residir. El Juzgado les saco de su equívoco limitándose a leer las normas de planeamiento aprobadas por el Concello a mediados de los 90, en las que se recoge la catalogación del conjunto que forman los jardines y la vivienda, «lo que nos da ya una idea del tratamiento que ha de darse a la finca», según recogía la sentencia.

La catalogación no se realizó a instancias del propietario —que adquirió el inmueble en 1991— sino por una decisión adoptada por el Concello, el mismo que ahora se cuestiona si aquello estuvo justificado. «Tendríamos que volver a estudiar en conjunto si diversos elementos del ayuntamiento deberían estar catalogados» , reflexiona en conversación con ABC la alcaldesa Alejandra Pérez (PSOE), que considera respecto a Villa Julia que «el edificio principal lo merece, pero el cierre [de la finca] no tiene por qué estarlo».

El muro de la polémica

La controversia está precisamente en ese muro de cierre, que necesitaría ser derribado parcialmente para ganarle superficie a la DP-0810. El problema no son las piedras en sí —la regidora asegura que no comparten la antigüedad de la vivienda dado que se levantaron en los noventa—, sino lo que hay detrás, ya que a apenas metro y medio se encuentran algunas de las especies catalogadas . Entre ellas, un raro pinsapo de 15 metros y más de 85 años y tres magnolios soulangianos de más de doce metros que la propiedad ha solicitado incluir dentro del catálogo de ‘Árboles sobresalientes de Galicia’.

A la derecha, el muro de la polémica ABC

Estos ejemplares «se verían muy negativamente afectados en el caso de que cualquier proyecto relacionado con la mejora de la carretera provincial que linda con la propiedad contemplara derribar el muro de contención y realizar un desmonte», ya que comprometería «su estabilidad». «O bien desaparecerían debido a su muerte (...) o si sobrevivieran lo harían en condiciones difíciles, con mutilaciones, escaso vigor y perdiendo una parte importante de los atributos que los convierten en monumentos vegales».

Estos son extractos de un informe pericial de un catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, ingeniero de montes, el tercero que ha realizado sobre Villa Julia desde 2004. El experto cuantificó entonces en medio millón de euros la flora amenazada por el primer proyecto de ampliación de la carretera. «El patrimonio vegetal de la finca es importante y valioso, y en consecuencia debe conservarse y protegerse» , sentencia el dictamen, y la protección de que goza la finca «debería ser suficiente para evitar que la ejecución de cualquier proyecto afecte a su integridad, pues ello supondría un atentado contra el patrimonio cultural y natural».

A lo largo de los años, el propietario de Villa Julia —la familia Santiso Bahamonde— ha ido acumulando informes y pronunciamientos de especialistas e instituciones que previenen contra cualquier agresión a la finca. Los tiene del Instituto de Estudios Galegos Padre Sarmiento, de la Fundación Hispania Nostra, de la Real Academia Galega de Belas Artes, de la Fundación de Casas Históricas y Singulares, del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia o de paisajistas de reconocido prestigio nacional. Todos coinciden: afectar la finca es un atropello a evitar .

¿Sin alternativas?

Lejos de asumir la protección patrimonial integral de la finca, la Diputación ha encargado recientemente la redacción de un nuevo proyecto de obra para ampliar la carretera que, de nuevo, necesitará de expropiar superficie a la finca. El argumento municipal es que el punto negro ahora es mortal, y en los últimos años se cobró la vida de un ciclista, que colisionó no contra el muro de Villa Julia sino contra el cierre de una vivienda en la acera opuesta, que carece de protección patrimonial alguna. En los últimos meses se han celebrado protestas vecinales a la entrada de Villa Julia , con presencia de responsables municipales, intentando responsabilizar a los Santiso de la peligrosidad del tramo.

'Villa Julia', flanqueada a la izquierda por el muro que el Concello quiere tirar CEDIDA

Sin embargo, durante el trámite administrativo contra la Diputación de La Coruña en 2004, la propiedad presentó un informe elaborado por dos ingenieros de caminos que planteaba itinerarios alternativos para enlazar Guiliade con Guísamo. Partiendo de la base de reconocer la dificultad para encajar un vial de doble sentido en un territorio de alta densidad de viviendas, los ingenieros proponían dos posibilidades: un nuevo acceso desde la N-VI que enlazara con una variante de la DP-0810 construida por Fomento sobre la línea de ferrocaril; o bien limitar la vía provincial a un único sentido de la circulación. Uno y otro, según los ingenieros, estarían por debajo del millón de euros de coste total —entre expropiaciones y construcción de la infraestructura—, mientras que el diseño proyectado por la Diputación en 2004 superaba los 2,4 millones. Los ingenieros se enzarzaron en un cruce de informes con los técnicos provinciales que resultó estéril, toda vez que el Juzgado echó abajo la operación.

La alcaldesa discrepa de la validez de estas posibilidades. «El trazado alternativo no lo es porque no permite girar hacia La Coruña y obliga a ir a Betanzos» salvo que «se ejecutara una rotonda a la altura de la entrada de la autopista, que a lo mejor podría hacerse, pero aún así ese camino exigiría ampliación porque estamos entre casas; implica mayores expropiaciones y tirar más cierres todavía», aunque ninguno de ellos con protección patrimonial. Es decir, podría haber ‘plan B’, pero está descartado.

Para Alejandra Pérez, «cediendo todos un poco, ganamos todos» . Según explica, la Diputación quiere reformular su proyecto inicial para reducir la afectación sobre Villa Julia, pero en ningún momento renuncia a expropiar una parte de la finca. «Lo injusto es que se viesen afectadas» las viviendas de la acera opuesta, precisamente las que provocan la estrechez de la carretera con los cierres, y no la finca catalogada. «En una mejora de una carretera no se puede ir a costa de unos o de otros», insiste.

La pelota está en varios tejados . La Diputación ultima la nueva redacción del proyecto constructivo mientras negocia con la Xunta para que Patrimonio no se oponga a la invasión de superficie protegida, como sucedió hace quince años. «Sabemos que la Xunta ve de buen grado esta segunda propuesta que no es tan invasiva» , adelanta la regidora, quien tampoco oculta que el proceso puede demorarse todavía varios años si vuelve a recalar en un juzgado.

Por el momento, Villa Julia y sus magnolios aguardan el devenir de los acontecimientos . La Diputación ha solicitado acceder a los jardines para realizar mediciones; la propiedad se ha negado al tiempo que le facilitaba un informe pericial con el máximo grado de detalle sobre la parcela y sus elementos. La familia Santiso piensa defenderse en los tribunales, como ya hizo en 2007. Todo sea por Villa Julia.

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