Verbum, un museo a 50 céntimos
En sus tres primeros meses de vida recibió cerca de 60.000 visitas, pero hoy a la Casa de las Palabras apenas entran 300 personas. Su contenido lo hace poco atractivo
Quería imitar a las coruñesas Casa de las Ciencias y Casa del Hombre, pero la falta de promoción y un contenido sin apenas cambios en sus trece años abierto al público han terminado por certificar la muerte en vida de un museo, el Verbum de Samil, que permanece cerrado la mayor parte de la semana. Solo abre 14 horas en un horario difícil de encajar para el público y el número de visitas se ha reducido en los últimos años hasta las 300 que suma hoy. Lejos queda el sueño impulsado por el exalcalde Carlos Príncipe durante el bigobierno de Lois Pérez Castrillo (BNG) y que consiguió atraer en su día a cerca de 60.000 personas.
Su certificado de defunción se encargaba de firmarlo el alcalde actual, Abel Caballero , al asegurar que se estudia el futuro uso del edificio, construido en 2003 con fondos europeos. «El Verbum fue un grave error y estamos viendo qué hacer», aseguraba el regidor, al tiempo que señalaba a Príncipe como responsable de su fracaso.
De los 5.000 euros en estimación que recogen los presupuestos municipales del pasado año procedentes del museo nacido como embajador de la palabra se recaudaron poco más de 1.600. Y mientras que en el Ayuntamiento barajan qué hacer con el contenedor cultural, la primera medida ha sido reducir al máximo el precio de su entrada hasta los 50 céntimos y ampliar el número de colectivos que entran gratis.
Entre medias, la idea extendida de que el actual gobierno desatiende la labor cultural en la ciudad toma fuerza. Ahí están el Centro de Arte Fotográfica de Vigo , sin actividad a la espera del plan director, y el Marco o el Museo de Castrelos , que siguen cayendo en visitas. «Es necesario un proyecto que funcione para revitalizar los museos locales», apunta Príncipe en una conversación con este diario, en la que niega que el sea el culpable de la situación del Verbum. En su opinión, es una cuestión de «voluntad política», y en el caso de Caballero apunta que «le pesa más el odio que me tiene que el interés general de la ciudad».
Defiende el exalcalde que él fue capaz de llenar la Casa de las Palabras con 60.000 personas y que si el museo ha perdido interés es «porque apenas se ha renovado su contenido en estos años». «Caballero cogió el Verbum con 10.000 visitas al mes y lo ha dejado en 300. Esto le pasa por poner al frente a enchufados que no saben gestionar. Él ha matado el museo», señala, quien recuerda que el edificio costó 2,5 millones a las arcas municipales , «la mitad de lo que le regaló [el alcalde] en un año a la empresa del auditorio que, por cierto, está quebrada». «La ciudad hizo un buen negocio, ahora tiene un edificio al que se le puede sacar partido», zanja en su réplica al primer edil.