Luis Ojea - Cuaderno de Viaje
¡Qué tropa!
El besteirismo lleva tanto tiempo manejando el PSdeG como si fuese su cortijo que ya ni siquiera disimula
Son unos auténticos cracks. Hay que reconocerlo. El besteirismo es un fenómeno político digno de estudio . Algún politólogo ocioso debería desarrollar una tesis sobre esta tropa. Sería desternillante. O terrorífica. Según la perspectiva.
Siempre que esta pandilla gana, el PSdeG pierde. Con el líder espiritual de la tribu aún en la palestra los socialistas entraron en caída libre. Con sus herederos en el púlpito y él manejando los hilos desde la sombra se ha acentuado el desplome. El partido se va desangrando, pero ahí siguen, a lo suyo, atrincherados en la gestora y tratando de vencer otra vez en la prórroga . Intentando dejarlo todo atado para que en la Rúa do Pino se quede un títere suyo, que obedezca sin rechistar las ocurrencias de la banda.
Llevan tanto tiempo manejando el partido como si fuese su cortijo que ya ni siquiera disimulan. Tampoco es que fuese un secreto para nadie a estas alturas que su candidato en las primarias era Díaz Villoslada . Pero cabría esperar un cierto recato en el manejo de ese respaldo . No queda bonito ser juez y parte. Pero esta tropa no tiene pudores. Es insólito que en la cuenta oficial de Facebook se haya publicado un mensaje promocionando a uno de los aspirantes. Pero más inaudito aún es que no haya habido ninguna dimisión y ni siquiera se haya planteado que las haya. Lo sucedido da muestra de lo roto y podrido que está ese partido. Tan estrambóticos resultan los filibusterismos de la banda como la nula capacidad de reacción del resto de la organización. Unas vaporosas protestas para cubrir el expediente y sanseacabó. Es dramático que una organización esté en manos de esta tropa, pero aún más pavoroso que la alternativa sea más de lo mismo.
Ese es el gran problema del socialismo gallego actual, que está atrapado en el besteirismo . Que los tres candidatos a la Secretaría General han estado en algún momento vinculados al clan o han pactado con él. Y ello convierte estas primarias en una simple carrera hacia el abismo, donde no se le deja al militante más opción que empujar a la organización hacia el precipicio. De vodevil en vodevil. En manos de una banda. ¡Qué tropa!