LAS MIL GALICIAS | LA TIERRA QUE RESISTE (Y IV)

Trescientos años dando la vez

María, Pablo y Manuel se mantienen tras el mostrador de negocios que han pasado hasta por nueve generaciones

Botica Couceiro. María Sánchez: «Un documento sobre un pleito demuestra que en 1719 Alonso Bermúdez tenía abierto el negocio en Betanzos» MIGUEL MUÑIZ

ABRAHAM COCO

En el estante del que cuelgan hoy mochilas de «La Patrulla Canina», podemos imaginar a Cándido González , bisabuelo de Pablo, con su imprenta artesanal de «precios baratísimos» a inicios del siglo XX en Rianxo . Tras el mostrador del bajo de la calle Plateros de Betanzos donde María dispensa «Termalgin» un día estuvo el boticario Alonso Bermúdez, nueve generaciones atrás, antes incluso de que en las universidades se enseñara farmacia. La receta de los 450 kilos de pan que Manue l saca a diario de su horno de leña en Lalín se hereda por tradición familiar desde hace 180 años y Diego, con ocho, ya asegura que el futuro estará garantizado con él.

Son la librería Cándido , la botica Couceiro y la panadería Manolo da Morena , tres tiendas que resisten donde se da la vez desde hace siglos. Que los antepasados de María andaban ya enfrascados en «el arte de curar» en 1719 lo atestigua el documento de un pleito que les aúpa como establecimiento comercial más antiguo de Galicia.

Vocación... y obligación

Librería Cándido. Pablo Gómez: «Estudié Relaciones Laborales, pero me cogió la crisis y estoy bien en el negocio que mi bisabuelo abrió en Rianxo en 1904» M. MUÑIZ

«Creemos que a finales del siglo XVI ya estaba en funcionamiento. Siempre hubo en la familia alguien con inquietud por conservarla, aunque no se ha transmitido en todos los casos de padres a hijos», relata María. A ella le cedió el testigo su tía, quien le continúa recordando la necesidad de conservar la estética centenaria como elemento diferenciador, sin escaparate ni expositores: «Solo mostramos los botes de porcelana. ¿Qué comercio expone lo que no vende? Nuestra visión comercial es nula », bromea María, de apellido Sánchez, que solo mantiene el «Couceiro» que da nombre al negocio desde 1865 en cuarta posición.

—¿Y mañana?

—Tengo tres hijos y muchos sobrinos. Malo será que alguno no quiera...

A Pablo Gómez, con 28 años, sus estudios de Relaciones Laborales no le han permitido por ahora encontrar un puesto de trabajo , por lo que se ha colocado al frente de la librería Cándido, en la plaza principal del pueblo, a pocos metros de la ría, donde cada vez se venden menos libros y se apuesta «por todo tipo de artículos. Los meses de febrero hasta junio son muy bajos. Por eso nos hemos ido renovando ». Así lo hicieron siempre, pues por su inventario han pasado «agujas, carburo para lámparas caseras de iluminación, rótulos y alegorías o prendas de punto».

Panadería Manolo da Morena, Manuel Lalín: «La panadería es tradición familiar en Lalín desde hace unos 180 años. Mi hijo quiere continuar» MIGUEL MUÑIZ

Casi la misma diversidad de panes, con «la misma masa pero distinto punto de cocción y de corte» , son los que se hornean mientras Manuel Lalín recuerda a su padre Manolo y a su abuela «la Morena». El tono de su piel y el color de su pan —«por el tipo de trigo del país que utilizaba»— dan hombre al establecimiento donde amasan cuando todo el pueblo duerme, «aunque ahora se come menos pan que antes» . Es reflejo, en parte, de la crisis demográfica: se vacían las aldeas y las familias numerosas desaparecen. «Las hogazas que hacemos son mucho más pequeñas». El bollo se convierte en el preferido. «Hacemos también dulces y empanadas por encargo. Hay que saber adaptarse a los tiempos».

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