A partir de este jueves
Tres leyendas del piano repiten como jurado del Concurso Internacional «Ciudad de Vigo»
Martha Argerich, Tamás Vásáry y Nelson Freire, junto a Sergio Tiempo y Pablo Galdo, atenderán a los 70 seleccionados para una fase final que se desarrollará integramente de manera online
Con la discografía de Martha Argerich, Nelson Freire y Tamás Vásáry se podrían llenar las paredes de una habitación, y se cubriría además —muy probablemente— una inmensa proporción del repertorio para piano desde Johann Sebastian Bach hasta nuestros días, y con toda seguridad, algunas de las mejores grabaciones de los compositores románticos de todos los tiempos. Tres leyendas del teclado que, por segundo año consecutivo, formarán parte desde este jueves del jurado del Concurso Internacional de Piano «Ciudad de Vigo» , en esta ocasión en modalidad online y muy condicionado por la pandemia y sus circunstancias.
El certamen, que se desarrollará hasta el próximo lunes en abierto a través de su página web para todos los aficionados interesados, se ha adaptado a la actual coyuntura de la mejor manera posible. Los casi 300 participantes de la edición enviaron un vídeo de hasta diez minutos de duración con su pieza de presentación. De entre ellos, el comité de la preselección ha elegido a 70 aspirantes que participarán en la fase final —cuya primera ronda se celebrará entre el jueves y el sábado—, en la que junto a Argerich, Freire y Vásáry completarán el jurado Sergio Tiempo y Pablo Galdo, director artístico del certamen.
¿Cómo se convenció a estos tres mitos del piano para que, no solo aceptaran la primera invitación a ser jurado del concurso, sino para que repitieran en esta nueva edición? «Les gusta el proyecto», contesta Galdo mientras viaja a Suiza, donde se reunirán los jurados físicamente para deliberar, «les expliqué nuesta filosofía, que es diferente a otros, y les gustó» , a pesar de que «no suelen aceptar» este tipo de participaciones. En el Ciudad de Vigo, por ejemplo, no hay límite de edad para los participantes. «Es uno de los pocos del mundo que es así». Además, el programa es de libre elección para los candidatos.
«Muchas veces se descarta a gente que encontró su verdadera vocación» cuando se establecen límites de edad en la treintena, «mientras que otros empiezan muy temprano a tocar y luego se aburren del piano». «No veo la justificación para no dar respuesta a gente más mayor que quiere participar». De hecho, destaca Galdo, en esta edición ha pasado el primer corte «un profesor muy bueno» de conservatorio de 53 años. «Eso nos alegra mucho». En el extremo opuesto de edad, «el año pasado vino una niña de 11 años, Carla Román, que pasó a semifinales». «Nosotros no juzgamos si son niños o no, sino su calidad artística».
El año pasado, el Concurso pudo celebrarse en Vigo con total normalidad. La pandemia ha alterado sensiblemente el desarrollo de la edición 2020. No habrá actuaciones en vivo, sino que todo se desarrollará en streaming. «Hemos tenido que cancelar dos veces, es algo que no me hubiera ni imaginado». Pero aparca los lamentos para sacarle punta a las oportunidades que abre un certamen que se retransmitirá íntegramente por internet. «Lo va a ver todo el mundo y no solo en Vigo». Los participantes que pasaron la preselección no solo grabaron su pieza de la primera ronda, sino que también remitieron la correspondiente a semifinales, que será audicionada por el jurado en caso de que accedan a esta fase. Los cinco elegidos —«que pueden ser seis»— para la última fase tendrán que grabarse interpretando una pieza de su elección «de hasta treinta minutos». Los vídeos deberán realizarse expresamente para el Concurso, ser recientes y no estar editados . «Confiamos en la buena fe de todos», se muestra optimista Galdo.
El que sí se reunirá, como ya se ha apuntado, será el jurado, que seguirá junto desde Suiza el visionado de los vídeos, y deliberará cara a cara. «Es mucho más profesional», incide el director artístico del certamen. En su opinión, que Argerich, Freire y Vásáry formen parte del jurado «es uno de los elementos que influye» para el prestigio de un concurso. «Muchos pianistas quieren tocar enfrente de leyendas así, tienen esa motivación» . Además, al contrario que en otras citas del calendario, «los jurados no pueden votar por sus propios alumnos, aunque aquí tenemos la ventaja de que ninguno de estas leyendas tiene alumnos». Es, de nuevo, una cuestión de filosofía para «evitar suspicacias» y que los participantes sepan en todo momento qué reglas del juego hay. «Aquí todo es claro y transparente».
La libertad para elegir el repertorio también da agradables sorpresas para el equipo artístico del concurso. «Hay obras que se tocan por tradición porque son las que se estudian en los grandes conservatorios y universidades de Europa», señala Galdo, «muchos tocan preludios y fugas de Bach, sonatas de Beethoven o estudios de Chopin», pero al mismo tiempo «se está abriendo el repertorio y se nota mucho» . Contribuye a esta expansión que haya premios para los mejores intérpretes de páginas compuestas por autores gallegos y españoles. En caso de ser muy contemporáneas, las partituras deberán ser aportadas previamente al jurado, para que pueda analizarlas. Y si las instituciones y patrocinadores privados apoyan un poco más, la cuantía de los premios podrá incrementarse, y con ello aumentar la atracción por un certamen ya de por sí interesante.
El reto ahora es consolidar la cita viguesa en el calendario. «No es nada fácil, eh», advierte Galdo, «si fuéramos un concurso que lleva 54 años como el de Jaén, sería diferente, pero somos un certamen nuevo, que surgió de la nada, casi de las cenizas». El responsable artístico del certamen no tiene esos quebraderos de cabeza. «Nosotros pensamos en el presente, en hacer las cosas mejor cada día que pasa, y esa es la filosofía para que tenga buena fama y se pueda mantener».
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