Alberto Varela
Trapos sucios
Pase lo que pase hoy en Ferraz, ya va siendo hora de que aquí en Galicia se den cuenta de quién es el verdadero enemigo
Pase lo que pase hoy en las primarias del PSOE, a los socialistas gallegos más les valdría ir pensando en cerrar heridas y no en hurgar más en las que ya tienen porque en caso contrario van a conseguir que el votante de izquierdas opte definitivamente por la Marea, aunque no quiera y tenga que ir a las urnas tapándose la nariz. Que va ya media legislatura y no han hecho nada, que las cosas funcionan peor que antes y que donde tiene que buscar consenso polemizan… ya, pero del PP no quieren ni oír hablar y lo único que les queda es hacerse el parvo y creerse las milongas podemitas.
El votante sensato sospecha que se ha equivocado y que le vendieron humo, pero como suele ocurrir él es el último en darse cuenta del todo y además, al ver al PSdG a patada limpia y a navajazos de tipo del «no mientas, cariño» de Susana Díaz no le queda más remedio que darle una nueva oportunidad a los rupturistas. O cambian las cosas o ese infeliz izquierdista termina aceptando el discurso de que no les ha dado tiempo aún a aplicar el programa que pretendían, o mejor aún lo de que ellos querían pero se encontraron con las resistencias reaccionarias que les impidieron llevar el progreso a su respectivas localidades.
Disculpas hay a cientos, y quien no se las quiera querer creer que reviente, pero los hechos son los hechos y todo el cuento se les acabaría si los socialistas fuesen capaces de mostrarse como una alternativa de gobierno sólida. Pase lo que pase hoy en Ferraz y sea cual sea el resultado de las votaciones, ya va siendo hora de que aquí en Galicia se den cuenta de quién es su verdadero enemigo, el que quiere quitarles el sitio y que brindaría con champán si terminan por desaparecer.
¿Qué más tiene que pasar para que se den cuenta? Dicen que los humanos sólo aprendemos cuando sufrimos las cosas en nuestra propia carne, pero en política no se puede esperar tanto. Están jugando con fuego y en las Mareas bendicen su desgracia. Los trapos sucios se lavan en casa.