Alberto Varela - Crónicas Atlánticas

Tontos útiles

Su misión es hacer bulto y aplaudir, como cuando prometían el imposible grupo propio y a la vez daban codazos para ponerse al lado de Iglesias

Los diputados de En Marea están empeñados en marcar unas distancias con Podemos que no existen. Comparten a pies juntillas ideario y gustos estéticos —ese ir a las instituciones como si fuesen a hacer senderismo— pero no quieren que se les vea como una delegación gallega de los de Iglesias, aunque lo sean.

En el Congreso están llamados a hacerle los coros a Íñigo Errejón, —portavoz del grupo «plurinacional»— y aún así nos quieren convencer de que han logrado un estatus propio. Nada de eso. Si estuviésemos en una tragedia griega, algo que se le da muy bien a Yolanda Díaz, se limitarían a llorar desconsolados y a tirarse de los pelos mientras los protagonistas claman contra su amargo destino, en este caso contra el liberalismo económico. Su misión es hacer bulto y aplaudir, como en la campaña electoral, cuando prometían el imposible grupo propio y a la vez daban codazos para ponerse al lado de Pablo Iglesias.

No sé si habrá sido candidez o engaño el haber prometido grupo para cada una de las alianzas territoriales, pero a nadie de le escapa que en Podemos saben perfectamente que si ya les es difícil ponerse de acuerdo con ellos mismos, imagínense hacerlo con tres más, cada uno de su padre y de su madre, y que teniendo en cuenta la heterogeneidad que los caracteriza pueden ser quince o dieciséis. De locos... Es más fácil conseguir un acuerdo en un after a las siete de la mañana que en una asamblea de esos subgrupos podemitas.

De todos modos, que no se preocupen por tener que juntarse con diputados de otros lugares de España. A estas alturas habrán comprobado que sus ideas de instituto no difieren demasiado de las de los compañeros madrileños o andaluces, y además relacionarse con ellos puede servirles para expulsar de su organismo el virus nacionalista que tienen inoculado algunos.

Así que ya saben, que se pongan a ensayar la coreografía antisistema —loas al líder si gobiernan, aspavientos si están en la oposición— que del papel de actor protagonista ya se encarga Pablo Iglesias. El resto, tontos útiles.

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