CRIMEN EN SAN JUAN

«Temimos por nuestra vida», reconocen los policías de Chapela

El hombre que disparó a Daniel Beltrán apuntó después a los agentes que lograron reducirlo

La subdelegada del Gobierno en Pontevedra, felicita a los dos agentes que redujeron al presunto homicida EFE

P. ABET

Los dos policías de guardia que durante las celebraciones de la noche de San Juan recibieron el aviso de que se había producido un tiroteo en la playa de Arealonga se jugaron la vida. Con esta crudeza lo confesaron ayer ante los medios al describir cómo el presunto asesino del joven Daniel Beltrán —tiroteado de muerte por pedirle a su verdugo que no orinase cerca de su grupo— metió la mano en su bandolera para encañonarlos también a ellos . La tensión del momento fue tal que, ante la posibilidad de que el sospechoso les disparase con un revólver de gran calibre, los dos agentes se lanzaron sobre él para reducirlo.

«En ese momento solo piensas en resolver la situación. Él tenía la intención de sacar el arma, fue un forcejeo complicado», indicaron ayer los efectivos de la Policía Nacional en la Comisaría de Vigo, hasta donde la subdelegada del Gobierno se desplazó para felicitarlos por su actuación. Allí, los agentes confesaron que en el momento de la intervención llevaban puesto el chaleco antibalas pero que, de poco les habría servido , dadas las características del arma del detenido.

Sobre el revólver, fuentes de la investigación indicaron que se trata de una Magnum 357 que «estaba en perfectas condiciones, con su numeración» y lista para ser disparada. Un grupo de investigación de la Policía está ahora «chequeando» sus bases de datos para averiguar el origen del revólver y si fue empleado en la comisión de algún otro delito. Con el arrestado por el asesinato del joven Daniel Beltrán entre rejas, los efectivos de patrulla aquella noche también trasladaron a los medios una de las conversaciones que mantuvieron con el detenido, en la que les dio cuenta con frialdad de que era consciente de lo que había hecho. Mientras era trasladado, el hombre pidió un cigarrillo a uno de los policías, que se lo negó, a lo él que respondió: « Maté a uno, pero al otro no , me corresponde al menos un cuarto de cigarro», dijo en alusión a un acompañante de la víctima, que esquivó otro disparo que podría haber sido mortal.

«Lo más difícil»

Tras reconocer que la actuación del pasado día 24 en la playa de Arealonga fue «el momento más difícil» al que se han tenido que enfrentar durante su carrera como policías, los rebautizados como «héroes de Chapela» lamentaron la muerte del joven vigués, que recibió un disparo fatal en el pecho. El acusado —que se enfrenta a un delito de asesinato y otro en grado de tentativa— cuenta con un largo historial delictivo. El juez decretó para él prisión condicional sin fianza.

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