Salud
Tabaco y radón, alianza mortal
Un estudio de la USC revela que un gran fumador multiplica por tres el riesgo de cáncer de pulmón si está muy expuesto al gas
Fumar mata. Lo pone hasta en las cajetillas, texto acompañado de alguna incómoda foto de algún pulmón enfermo para tratar de disuadir, con más o menos éxito, de introducir un cigarrillo en la boca. El daño que hace el tabaco es incomparable: en 2010 la AECC publicó que 3.600 personas mueren al año en Galicia a causa de su consumo. También conocíamos que el gas radón, asesino silencioso que actúa con discreción, sin desprender olor, era tremendamente perjudicial, incluso cancerígeno. Lo que no teníamos tan claro, al menos hasta ahora, era la dimensión de los daños que produce este elemento y, sobre todo, la mezcla con el tabaco .
«La relación es prácticamente sinérgica », asegura Alberto Ruano, profesor de Medicina en la Universidad de Santiago y responsable de un estudio llevado a cabo por el Laboratorio de Radón de Galicia, también de la USC, de la mano con el Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago, en el que se demuestra cómo una exposición continuada al radón puede provocar cáncer pulmonar. Se publicó recientemente en «Enviromental Research», publicación de referencia en la epidemiología ambiental.
A pesar de que «se sabe mucho sobre el cáncer de pulmón», Ruano explica que lo que hace importante a este estudio es que «hay poca información sobre la relación que puede haber si se combina el consumo de tabaco y la exposición al radón a la hora de desarrollar esta enfermedad». Ante esta falta de conocimiento, los resultados son contundentes: «Las personas que fuman y tienen concentraciones elevadas de radón en sus casas multiplican sus probabilidades de contraer cáncer de pulmón ». Es decir, si ya un fumador «tiene mucho riesgo», si convive con este gas el peligro se dispara.
Casi 4.000 participantes
Los reveladores resultados se alcanzaron combinando diferentes estudios: se analizaron 1.842 casos y se hicieron 1.862 controles, con más de 3.700 participantes. El tamaño de muestra estudiado, aparte de aportar fiabilidad, es « de las más grandes que hay en un único país ». Desde luego, no es fácil contactar con tantos enfermos de pulmón, por lo que fueron once los hospitales de toda España los que colaboraron. Una vez tuvieron a los participantes, se colocaron medidores de radón en las casas de personas tanto con cáncer como sin él, para que, finalmente, «una vez comparados los resultados, resulte concluyente que las personas con cáncer de pulmón tienen más radón en su hogar», asegura Alberto Ruano. De esta manera, «aquellas personas expuestas a más de 200 becquerelios por metro cúbico tienen el doble de riesgo de padecer cáncer que las que tienen menos de 50», y cabe destacar que las autoridades europeas y españolas marcan el nivel de peligro a partir de los 300, a pesar de que quedó evidenciado que «encontramos riesgo importante en los 200 becquerelios».
Además, el valor añadido de este estudio reside en que se tienen en cuenta otros factores de riesgo, como el tabaco, que podría hasta triplicar el riesgo de contraer la enfermedad dependiendo de la cantidad de radón en el domicilio.
A pesar de todo, Ruano aclara que la probabilidad de contraer cáncer de pulmón por exposición al radón sigue siendo mucho menor que si se es fumador , aunque recomienda que, si en el domicilio hay concentración de la sustancia, no fume «ningún ocupante de la vivienda, pues esa probabilidad se multiplica».